Ensayo

Felipe IV. El hombre y el reinado

José Alcalá-Zamora

20 abril, 2006 02:00

Así pintó Velázquez a Felipe IV

Academia de Historia/Centro de Estudios Europa Hispánica. 334 pág.

El cuarto centenario del nacimiento de Felipe IV ha pasado casi desapercibido, con lo que los muchos aficionados a la historia que existen en nuestro país han perdido una inmejorable ocasión de conocer un poco más sobre un personaje notable y un reinado decisivo.

Probablemente no fueran ni la figura ni el periodo más propicios para la política cultural de turno, pero lo verdaderamente lamentable es la incapacidad que permanentemente demostramos para asumir y valorar nuestra historia. Una de las pocas excepciones fue el ciclo de conferencias programado por la Real Academia de la Historia, origen del libro.

El profesor Alcalá-Zamora y Queipo de Llano, de apellidos que evocan buena parte de la historia de España en el siglo XX, y cuya rica personalidad abarca también actividades como el deporte y la poesía, es uno de los mejores conocedores de la España del Seiscientos. La historia de la política internacional, la de los altos hornos, o la de la cultura, han sido los campos principales de una tarea que a los historiadores de mi generación nos abrió vías sugestivas y renovadoras.

El libro se inicia con un trabajo de Carlos Seco Serrano sobre la personalidad del rey, ampliamente basado en su conocimiento de la correspondencia entre Felipe IV y la monja sor María de Jesús de ágreda, que él publicara hace años. Fernando Bouza se ocupa de las aficiones del monarca, y en especial de las obras que componían su biblioteca en la torre Alta del Alcázar madrileño, que estudia pormenorizadamente. Alcalá-Zamora analiza, por una parte, las diversas mujeres vinculadas, en distintas formas, a la vida del rey, y por otra, la política exterior del reinado. A Luis Miguel Enciso se debe un exhaustivo capítulo sobre la Corte, que estudia los múltiples aspectos de aquel gran centro de poder y representación. Feliciano Barrios, historiador del derecho, analiza los consejos y juntas desde los que se gobernaba la Monarquía. Carmen Sanz Ayán -recientemente incorporada a la Academia- se ocupa de dos capítulos en los que es especialista: los banqueros del rey, con especial atención a los judeoconversos de origen portugués, cuya vinculación al crédito de la Monarquía fue una de las características de aquel reinado, y el teatro de la época, que constituyó una de las grandes aficiones de Felipe IV. Otro capítulo importante es el estudio de los embajadores, a cargo de Miguel ángel Ochoa Brun, quien muestra la elevada talla política de muchos de ellos, que contradice algunas ideas preconcebidas. Guillermo Céspedes del Castillo se ocupa de las Indias, incluyendo el Brasil portugués, sobre el que los holandeses fijaron buena parte de sus miras comerciales. Quintín Aldea analiza el ejército, centrándose en la batalla de Nürdlingen (1634) y en la ruta entre Milán y Bruselas que ha recorrido personalmente. Otro destacado experto, Alfonso Pérez Sánchez, resume sus múltiples conocimientos sobre la importancia de la pintura, con la personalidad preeminente de Velázquez y el decisivo mecenazgo del monarca. Cierra el libro el director de la Academia, Gonzalo Anes, quien a partir de una completa síntesis de la actividad económica en España y las Indias, cuestiona el concepto de decadencia aplicado habitualmente al reinado.

La obra no abarca todas las cuestiones que hubieran podido estudiarse. Pero no era éste el objetivo, sino el acercamiento especializado al personaje y a los aspectos de más candente interés de su reinado. En este sentido, cumple plenamente su propósito, a lo que contribuye la bella edición y una magnífica selección de ilustraciones, entre las que no solo se incluyen las más usuales, sino también algunas poco conocidas.