Image: Lacrimae rerum. Ensayos sobre cine moderno y ciberespacio

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Ensayo

Lacrimae rerum. Ensayos sobre cine moderno y ciberespacio

Slavoj Zizek

4 mayo, 2006 02:00

Keanu Reeves en la película Matrix

Traducción de Ramón Vilà Vernis. Debate, 2006. 352 páginas, 19 euros

Leninista y lacaniano, Slavoj Zizek es un autor de culto para algunos. Para otros es un producto obsoleto y gritón de la Europa del Este que sabe muy bien nadar y guardar la ropa en la sociedad globalizada y posmoderna.

Nacido en 1949 en Liubliana, entonces Yugoslavia y desde 1991 República de Eslovenia, Slavoj Zizek se doctoró en Filosofía en su país y se volvió a doctorar en Psicoanálisis en la Universidad Paris VIII. Analizado por Jacques Alain Millar, yerno de Lacan, Zizek es hoy el lacaniano más potente y conocido. Ha publicado medio centenar de libros. Traducido a una docena de lenguas, sus artículos son incontables y ha dictado conferencias y cursos en universidades de todo el mundo. En la actualidad es director de investigación en el Instituto de Estudios Sociales de Liubliana. Su discurso está construido con materiales que proceden de modo masivo de Lacan pero también de Marx, Hegel, Schelling, Balivar, Butler o Kojeve. A todo ello hay que añadir una curiosidad y unas lecturas que pueden calificarse de enciclopédicas sin miedo a quedarse cortos.
Encuadrar a Zizek no es sencillo, tal vez se le podría situar en lo que los anglosajones denominan estudios culturales. En todo caso su obra está tejida a base de referencias a las proposiciones de la industria cultural y de los medios de comunicación. Dado que el cine conforma el núcleo de la producción cultural no puede resultar extraña su intensa atención a la producción cinematográfica. El subtítulo de Lacrimae rerum, Ensayos sobre cine moderno y ciberespacio refleja muy bien el interés de Zizek por encontrar en el cine la fascinación, la imaginación de los elementos que conforman el universo de lo virtual.

La obra cinematográfica de Krzysztof Kieslowski, Alfred Hitchcock, Andrei Tarkovski, David Lynch y las dos Matrix de los hermanos Wachowski proporcionan a Zizek la base empírica desde la cual advierte al lector de que el capitalismo del siglo XXI ha engendrado un complejo abanico de seducciones destinado a mantener al ser humano fuera de lo "Real" (lo Real lacaniano). Lo Real existiría sólo como fragmento en el horizonte de la fantasía. El empeño de Zizek en las páginas de Lacrimae rerum, y en general en toda su obra, reside en advertir contra lo que denomina la "interpasividad", una actitud en el ciudadano producida por la seducción mediática y tecnológica del capitalismo que rompe la temporalidad y engaña al individuo haciéndole creer en cambios que nada cambian.

El cine como vector social es el eje de Lacrimae rerum, un volumen que en buena medida los lectores de Zizek ya conocíamos en textos dispersos en obras como Teoría de la cultura de Schrüder y Breuninger (comps.) (Fondo de Cultura Económica, 2005). Al analizar la filmografía de Kieslowski, lo que Zizek pretende es estudiar la recepción, la importancia psicosociológica de sus películas más que su contenido intelectual y estético. En esta interpretación de la filmografía de los distintos realizadores que ya hemos señalado, Zizek asume todo tipo de riesgos con tal de ser original y no estar mediatizado por las interpretaciones de los críticos cinematográficos. Es cierto que el riesgo es muy elevado, pero como enseguida comprueba el lector de estas páginas el empeño vale la pena por su capacidad para decodificar la cultura del siglo XXI.

Profundo admirador de Alfred Hitchcock, las dos mejores películas de la historia del cine son para Zizek, Vértigo y Psicosis. Sin embargo, los hermanos Wachowski yerran el tiro con Matrix y Matrix Reloaded, puesto que nos enfrentan a un confuso proceso de liberación para el que no hay más que dos salidas: "el gnosticismo postmoderno o bien el cristianismo". En realidad, las dos Matrix provocan en Zizek la misma desconfianza que muestra en estas páginas hacia el ciberespacio. Un lugar que para el pensador esloveno es sobre todo un espacio de simulación, una simulación informatizada -New Age- en la que su rasgo fundamental es el engaño, rasgo muy presente en dos de las bestias negras de Zizek: Heidegger y Habermas.