Image: Los orígenes del siglo XXI

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Ensayo

Los orígenes del siglo XXI

Gabriel Tortella

11 mayo, 2006 02:00

Gabriel Tortella. Foto: Archivo

Gadir. Madrid, 2006. 562 páginas, 22 euros

Gabriel Tortella presenta en este libro una versión nueva y ampliada de su anterior obra La revolución del siglo XX. Capitalismo, comunismo y democracia (Madrid, 2000), con las suficientes innovaciones como para que se la considere un libro distinto.

Una de las principales conclusiones de su autor era que la revolución democrática (en realidad, la socialdemócrata) y el consiguientemente logro del Estado del Bienestar, constituyó la única revolución felizmente concluida en la sociedad occidental del siglo XX, no sólo frente a las sociedades tradicionales, sino también frente al liberalismo y al comunismo, cuyos atroces resultados históricos se describen muy gráficamente en el actual Los orígenes del siglo XXI. Esta nueva obra puede ser definida como una historia del progreso del mundo occidental, desde sus orígenes hasta el momento presente. Su autor ha ampliado considerablemente el período histórico contemplado, no sólo hasta nuestros días, sino hacia adelante, hasta el primer mercantilismo y los grandes cambios sociales de los siglos XVIII y XIX. Tortella trata de manera prioritario los fenómenos demográficos y económicos, pero concede un plano siempre relevante a las ideas políticas, al avance científico, y a la creación cultural. Sólo por su visión a largo plazo, en que se combinan sabiamente los factores determinantes del progreso, merece ser recomendado este libro.

Probablemente dicho enfoque recordará a Marx, con quien el autor reconoce una antigua relación intelectual. Aunque afirma que la teoría económica de Marx está muerta y enterrada, cree que "su visión histórica sigue teniendo una considerable validez". Resulta este punto harto discutible si se recuerdan las profecías marxistas del empobrecimiento progresivo de la clase trabajadora o de la tasa decreciente de los beneficios. Sin embargo, en este libro, algunas hipótesis marxianas, utilizadas de un modo menos rígido que su inspirador, resultan útiles, como la misma interrelación entre economía, formas políticas y avance tecnológico.

No sólo acude Tortella a Marx, sino también a otros autores, sobre todo a Keynes, el gran paradigma científico de la economía a mediados del siglo XX, cuya importancia sigue siendo muy grande, aunque hoy se valoren más las recomendaciones de otros economistas como Friedman. También recuerda el autor a John Stuart Mill, un autor casi coetáneo de Marx , pero más riguroso que este y con previsiones de futuro mucho más realistas, y por supuesto a Schumpeter, uno de los autores preferidos de Tortella.

Concluye este libro en que el progreso económico y social alcanzado en los últimos doscientos años es un hecho verificable A diferencia de Marx, no cree Gabriel Tortella que haya una ley inexorable del progreso, pero sí detecta algunas constantes en el comportamiento histórico de las sociedades contem-
poráneas, especialmente las del modelo cultural occidental, que no se reducen al afán de bienestar material; entre ellas, la incesante búsqueda de respuestas científicas ( o lo que es igual, la investigación sin inmediatos efectos rentables), la defensa sin fisuras de la libertad individual y una sensibilidad acusada hacia la pobreza y las desigualdades extremas. El progreso económico y social, en dichas coordenadas, se ha producido, pero no es automático, dista de estar garantizado y, en absoluto, es indoloro.

En este punto cabe hacer algunos comentarios a un libro enfocado sobre los comienzos del siglo XXI. Tal vez, debería ocuparse más de la actual crisis del Estado de Bienestar en Europa occidental, con inquietantes muestras de debilidad financiera y, a la vez, de quiebra de algunos valores sociales, como la integridad ética de los gobernantes. Y también podemos preguntarlos por la pugnaz supervivencia, en un mundo tan decisivo como el americano, de ideologías populistas y de políticas económicas nacionalistas, a pesar de medio siglo de fracasos repetidos. ¿No debería enfatizarse, a este respecto, la importancia económica de las instituciones libres y sólidas? Ojalá el autor vuelva pronto sobre estas cuestiones.