Image: Vida y muerte de un pueblo español

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Ensayo

Vida y muerte de un pueblo español

Elliot Paul

11 mayo, 2006 02:00

Elliot Paul

Traducción de Pilar de la Peña. Gadir. 459 páginas, 22 euros

Una de las cosas que me sorprendió al escribir mi libro Rafael Alberti en Ibiza. Seis semanas del verano de 1936, fue la ausencia de textos importantes sobre la guerra civil en las Baleares.

De aquellos episodios sólo se encontraban testimonios parciales, escritos al hilo del interés ideológico de sus autores. Me asombró dar con dos libros que pertenecían a autores extranjeros. Uno era L’Ismé, de la suiza Cilette Ofaire, una turista que vivía en su yate amarrado en el puerto de Ibiza; el otro, The life and death of a spanish town, Vida y muerte de un pueblo español, el libro que ahora ha sido traducido con un lenguaje muy sabroso y fiel por Pilar de la Peña y escrito por el norteamericano Elliot Paul.

Este libro se hallaba sometido para el lector que no lo conocía en inglés a un doble misterio: el de que no había sido ni reeditado ni traducido jamás. El autor o sus herederos se habían negado. Sospechamos la causa: el contenido de la obra, que -por decirlo con frases del propio Paul-, ponía de relieve muy descarnadamente los "odios profundamente arraigados" de un pueblo, la crónica de unos días que acabaron haciendo de la isla más bella un "matadero de los sueños malvados del hombre"; aunque la responsabilidad de este cruel panorama final fuera, en gran medida, de las fuerzas que llegaron de fuera de la isla.

Dos aspectos destacan en este libro, extraordinariamente escrito, que se corresponden cronológicamente con la primera y la segunda parte del mismo. Es la primera un delicioso friso de Santa Eulalia del Río, un pueblo de la isla sumergido en una paz y en una armonía ancestrales, pero bajo las cuales yacían adormecidos esos "odios arraigados". Este friso pasa por un análisis de un gran interés etnográfico y antropológico, del que ocupa la mayor parte la pintoresca galería de personajes (pescadores, campesinos). La descripción de los paisajes dan lugar a textos muy encendidos, algunos verdaderos poemas en prosa.

A partir de la página 237, el autor comienza a escribir sobre la guerra, también de una manera meticulosa, amena y precisa. Sin embargo, la corriente ideológica -el republicanismo de Paul- comienza a empapar las páginas del libro. Desaparece así ese intenso impresionismo que igualmente brilla en el libro de Cilette Ofaire, a pesar del realismo, también tremendo, de éste. Como los protagonistas de su historia, Elliot Paul toma partido y, desde ese momento, la mirada del lector debe ser bifocal; especialmente si conoce los acontecimientos históricos. Paul siempre es claro en sus testimonios aunque hay momentos en los que su feroz anticlericalismo echa a perder el relato.

Manténgase, pues, el lector en la intensidad vital y antropológica del libro para extraer lo mejor del mismo, que es mucho. Recurra el lector a la poesía del libro, fulgurante en sus momentos mejores. Acaso sea la poesía el remedio último para cerrar una guerra. A ella recurrió Alberti en Retornos de lo vivo lejano. También Cilette Ofaire utilizó un poema para cerrar su libro: "Luego, una voz dijo:/ -Basta con vivir./Y otra: Basta con trabajar./Fuera, un mirlo cantaba". La poesía siempre salva. Las ideologías no siempre, y hasta conducen a paradojas grotescas, como esa de que Elliot Paul huyera cómodamente de la isla en un destructor…¡alemán!