Ensayo

Richard Burton, cónsul en Guinea Española

Arturo Arnalte

8 junio, 2006 02:00

Richard Burton. Foto: Archivo

Catarata. Madrid, 2005. 189 páginas, 14 euros

Muy conocidas son las gestas en áfrica del joven Richard Burton, en servicio de la corona británica, el explorador que viajó a la Meca disfrazado de peregrino musulmán, entrado en la ciudad prohibida de Harar (Etiopía) y buscado las fuentes del Nilo con Speke.

El libro de Arnalte retrata a una sombra de ese Burton que, en 1891 desembarcó en Santa Isabel, en la isla de Fernando Poo, colonia española, como cónsul británico. Desde allí Burton viajó al reino de Dahomey, ascendió al monte Camerún junto a un juez español, recorrió el actual Gabón y remontó la desembocadura del Congo. Se adentró en la ex colonia española de Guinea Ecuatorial buscando gorilas y tribus caníbales. El trabajo de Arturo Arnalte, coordinador de las revistas "La aventura de la historia" y "Descubrir el arte", ha consistido en seleccionar las páginas más relevantes de esta olvidada etapa de Burton, contextualizándolas y reflexionando sobre esta coyuntura histórica fundamental, cuando "áfrica era apenas una delgada línea costera que los europeos no habían conseguido rebasar". En aquellos años, los últimos traficantes de seres humanos rebañaban los depósitos de esclavos en envíos clandestinos a Cuba y Brasil, poco antes de que Europa se lanzara "con avaricia al interior del continente". El brillante prólogo de José María Ridao recalca lo monstruoso de los razonamientos de Burton, sus prejuicios, metáforas exculpatorias, la búsqueda de fundamentos científicos para legitimar "el sometimiento de continentes enteros", sacralizando los intereses de los más poderosos. Este libro supone un valioso rescate y una lección sobre "las doctrinas aberrantes" que, una vez asumidas para áfrica, Europa trasladó a su suelo y contra sus propios habitantes.