Ensayo

La futura Yihad

Walid Phares

7 septiembre, 2006 02:00

Combatientes de la Yihad

Traducción de Adolfo María Linares. Gota a Gota. Madrid, 2006. 540 páginas, 30 euros

Ante la continua sucesión de atentados yihadistas en todos los continentes, entre ellos el recientemente frustrado en Londres, no es de extrañar que proliferen los libros que intentan explicar este aberrante fenómeno. El de Walid Phares no es de los mejores, pero ofrece algunas pistas interesantes.

La futura yihad tiene grandes virtudes y también puntos débiles. Su primera virtud es que destaca la coherencia y la gravedad de la amenaza a que nos enfrentamos, que no es obra de unos fanáticos enloquecidos sin metas claras. En España, donde la matanza del 11-M tiende a verse como un hecho aislado y algunos se resisten a creer que fue un ataque estrictamente yihadista, mientras que otros piensan que la amenaza ha desaparecido con nuestra retirada de Irak, esta llamada de atención resulta particularmente conveniente. Estamos ante una ofensiva que afecta a todo el mundo. ¿Su objetivo final? Restablecer el califato y reanudar su expansión global, interrumpida hace siglos por la contraofensiva de quienes ellos consideran infieles.

Walid Phares es un árabe, un libanés que en el año 1990 emigró a Estados Unidos, y su formación le permite comprender algo que a menudo en Occidente se nos escapa: el terrorismo yihadista es una aberración, pero tiene hondas raíces en la historia y la cultura musulmana. El concepto de yihad, es decir, de esfuerzo defensivo y ofensivo al servicio de la comunidad de creyentes, nació con la expansión original del Islam, que se difundió por el mundo con la espada y tuvo en sus primeros siglos éxitos espectaculares. Luego vinieron las Cruzadas, las invasiones mongolas y la caída del califato de Bagdad y con todo ello surgió la convicción de los gobernantes y las sociedades musulmanas habían abandonado la recta vía del Islam y por ello no cosechaban ya victorias, sino derrotas. Las ideas de Bin Laden se encuentran ya en teólogos del siglo XIV. La gran diferencia respecto a la yihad tradicional es que aquella sólo podía ser declarada por el legítimo gobernante, mientras que hoy cualquier grupo se arroga ese derecho. ¿Por qué? Porque desde el año 1923, cuando la República Turca acabó con el último califato, el otomano, no existe a los ojos de los fundamentalistas sunníes una autoridad legítima que pueda hacerlo. El propósito de la nueva yihad terrorista, dirigida tanto contra los infieles como contra los musulmanes que según los yihadistas se han apartado de la recta vía, es el restablecimiento del califato universal. Y debe recordarse que el primer califato surgió mediante la guerra.

En general la argumentación histórica de Walid Phares, hasta el final de la guerra fría, me parece correcta, pero su análisis de la situación actual no resulta tan convincente. Su tesis de que existe un "ordenador central" de la yihad, consistente en "una red difusa de clérigos e intelectuales de distintos países" (página 293) implica que toda la acción del fundamentalismo islámico, violento o pacífico, responde a una estrategia única, algo que resulta difícil de creer, y su convicción de que antes del 11-S la política exterior de los Estados Unidos estaba dictada por los wahabbíes, sin que los propios responsables del Departamento de Estado y de la CIA se dieran cuenta (página 329), responde a una mentalidad de cazador de brujas.

Sin duda la influencia del lobby saudí en Washington era importante, pero era menor que la del poderoso lobby proisraelí. En resumen, La futura yihad es un libro interesante, aunque muy discutible, al que además le sobran bastantes páginas, pues los mismos argumentos se repiten una y otra vez.

11-S: pocas novedades

Cinco años después del 11-S, las editoriales españolas no anuncian grandes novedades, salvo Celuloide en llamas. El cine estadounidense tras el 11-S, de M. A. Huerta (Ed. Notorius), en el que distingue el celuloide en llamas del rebelde, el patriota y el del miedo. En cambio, la inglesa Phaidon lanza en nuestro país Aftermath, de Joel Meyerowitz, el único fotógrafo que ha tenido acceso constante a la "Zona Cero" y que retrata su reconstrucción en todas las estaciones. Y "Los últimos días de Muhammad Atta", un ensayo que formará parte del próximo libro de Martin Amis, House of Meetings. Por lo que a la bibliografía general sobre el 11-S se refiere, vale la pena destacar 11-09-01. Atlas de la guerra (La Esfera, 2002) y 11-S. El informe, de la Comisión Nacional de Investigación (Paidós, 2004). Más cercanos resultan Más allá del 11 de septiembre, de Luis Rojas Marcos (Espasa, 2002); El mundo después del 11 de septiembre, de Umberto Eco (Península, 2002); La crisis del 11 de septiembre, de á. López Roa (coord.), (Univ. Rey Juan Carlos); El día de la infamia, de N. Ramírez y M. Rozas (La Esfera, 2002) y Jefe Atta. El secreto de la Casa Blanca, de Pilar Urbano (Plaza, 2003). Y los polémicos: La Terrible Impostura. 11 de septiembre de 2001 , de Thierry Meyssan; (La Esfera, 2002); La rabia y el orgullo, de Oriana Fallaci (La Esfera, 2002); Ambiciones imperiales: el mundo después del 11-S, de Noam Chomsky (Península) y 11-S., de Bruno Cardeñosa (Corona Borealis, 2003).