Ensayo

Viaje alrededor del mundo

John Byron

26 octubre, 2006 02:00

John Byron. Foto: Archivo

Ediciones del Viento. La Coruña, 2006. 246 páginas, 19 euros

Componen este libro del marino John Byron dos relatos. El primero es el del naufragio de la Wager, y el segundo, que no pudo ver publicado, es su Viaje alrededor del mundo. La Wager naufragó el 14 de mayo de 1741 en la parte norte de las Islas de Guayanecos, en la costa occidental de la Patagonia. Aquella fue la primera de una serie de adversidades sufridas por la escuadra bajo el mando del lord Anson, fletada con la misión de asestar un golpe a la dominación española en las costas del Pacífico. El gobierno español despachó para perseguir a la británica, una escuadra compuesta de 4 navíos y una fragata de línea, con 280 cañones y 3.000 hombres de tripulación. Junto a la Wager, Anson dirigía otra fragata, la Pearl, y tres navíos: 1.910 hombres. Byron era un guardiamarina de 17 años enrolado en la Wager cuando ambas escuadran llegaron en 1741 a Cabo de Hornos, donde comenzaría una de las más horrorosas odiseas de que se conserva recuerdo en los anales de la navegación. De los españoles sobrevivieron 60 hombres. De los británicos 400. Las dos escuadras no llegaron a encontrarse. Todo el mérito fue de las tempestades, el escorbuto y el hambre. éste es un relato de supervivencia, donde vemos a "la naturaleza humana trabajando día a día por preservar su existencia", en palabras de Byron. Así conecta con otros relatos clásicos de supervivencia como El peor viaje del mundo, de Cherry-Garrard, o el del naufragio de Shakcleton o el del Essex, narrado en el memorable En el corazón del mar, de Philbrick. Porque el viaje de Byron, ascendido a teniente en 1764, con el buque Delfín, supuso la primera expedición que dio la vuelta al mundo con fines exclusivamente científicos. Se le criticaron sus cualidades de explorador, pero fue el primero que dio a conocer de manera exacta la navegación del estrecho de Magallanes. Su nieto, el poeta Lord Byron, en su Don Juan, describe un naufragio que sin duda rendía memoria al de la Wager. Siempre tuvo presente las gestas de su abuelo, que menciona explícitamente en su epístola a Augusta.