Ensayo

Los minutos negros

Martin Solares

21 diciembre, 2006 01:00

Mondadori, 2006. 384 páginas, 18’50 euros

Bruno Traven, conocido en todo el mundo por ser el autor de El tesoro de Sierra Madre, la novela en la que se basó la película de Bogart, llegó a México en los años de la Revolución procedente de su San Francisco natal y se instaló en la ciudad de Tampico, al norte del país. Más tarde se trasladó a Ciudad de México, donde frecuentó un grupo de artistas del momento -como Frida Kahlo, Tina Modotti o Diego Rivera- y contrajo matrimonio con la mexicana Rosa Elena Luján, al tiempo que alimentaba el misterio en torno a su figura no apareciendo jamás en actos públicos. Después de haber sido traducido a 44 idiomas, murió en la capital del país en 1969, un año antes de que naciera en Tampico el editor, crítico y ahora escritor Martín Solares.

Bruno Traven es uno de los más interesantes personajes que Solares podía tomar de la realidad a la hora de tejer la compleja tela de araña que es esta primera obra suya. Una novela negra, plenamente encuadrable dentro de los mejores parámetros del género, en la que el autor nos sirve una mirada extremadamente crítica sobre la corrupción policial en su país. La trama se sitúa en los años 70 y cuenta la historia de dos policías: el "Macetón" Cabrera, quien va tras las pistas del asesino de un periodista, y Rangel, un compañero del primero, desaparecido 20 años atrás mientras investigaba a un asesino en serie de niñas. A partir de los dos protagonistas, unidos por ciertos elementos fantásticos que emparentan la novela conRulfo, despliega Solares una impresionante ristra de secundarios y situaciones, y construye una trama trepidante, que no decae en ningún momento, y que ocurre en una ciudad imaginaria, donde pueden adivinarse ciertas características de Tampico, y cuyo nombre es uno de los felices hallazgos de estas páginas: Paracuán. Aunque el mayor acierto de todos es el estilo. Solares es un verdadero novelista, con mayúsculas.