Ensayo

Ciudadano romano

Antonio Portela

18 enero, 2007 01:00

El Gaviero. Almería 2006. 109 páginas. 14 euros

En septiembre de 2004, Antonio Portela (Huelva, 1978), hasta entonces poeta apenas édito, premio Andalucía Joven de Poesía 2002 con ¿Estás seguro de que no nos siguen? (DVD), "pisa por primera vez la ciudad que le ha de cambiar para siempre". Eso afirma su diario romano, escrito merced a una de las becas Valle-Inclán de la Academia de España en Roma. Otro antiguo becario, Juan Bonilla, prologa el trabajo elogiando "una de las murallas que nos defienden contra el frío de vivir: la amistad". Y es que en su dietario romano, asistemático, casi intemporal y de gran hondura poética, Portela habla tanto de sus compañeros de aventura como de los escenarios de una Roma que desea aprehender hasta fundirse en ella. Una cita de las Meditaciones de Marco Aurelio resulta idóneo pórtico a las palabras del autor: "¡Muchacho, fuiste ciudadano en esta gran ciudad! Vete pues, sereno".

A lo largo de nueve meses se nos cuentan pequeños actos sociales a los que asisten los becarios, memorables cenas entre amigos y muchos paseos por la ciudad. La mirada de Portela es aquí lo que importa: esa mirada que apenas describe el Coliseo y, sin embargo, se detiene en la actitud de una anciana en un restaurante japonés. La que atiende a lo pequeño, pero se ofende al contemplar la reconstrucción del Foro en un decorado de Cinecittà. La mirada capaz de inspirar al poeta en entradas brevísimas pero muy hermosas donde se habla de la resurrección de la carne, del sabor del helado de Fior di latte o de la Columna de Trajano. No hay temporalidad ni tampoco hay intimidad en este diario. Hay curiosidad, emoción y sutileza a raudales. "Roma es una realidad que debe leerse" porque a todos nos emociona, puesto que "todos, todos, somos romanos".