Image: Cómo aprende el cerebro

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Ensayo

Cómo aprende el cerebro

S.-J. Blakemore/U. Frith

8 marzo, 2007 01:00

Trad. J. Soler. Prol. J. A. Marina. Ariel, 2007. 304 págs. 18 euros

Este libro contesta a muchas preguntas acerca del cerebro y cómo funciona. Y lo hace de una manera clara y asequible para gente culta, no especializada. Se trata de un libro cuya aparición merece aplauso y que está escrito con propósito de trascendencia. Lo señalan los autores en su primera página, cuando confiesan su intención de "demostrar con ejemplos cómo las investigaciones sobre el cerebro y el aprendizaje pueden influir en el modo en el que pensamos sobre la enseñanza". Y es que hoy sabemos que, frente al clásico "aprender no ocupa lugar", aprender y memorizar sí ocupan tiempo y lugar en el cerebro. Y cambia el propio cerebro. Y al cambiarlo, poco a poco, a golpe de enseñanza inteligente y suave, como los golpes del cincel de un escultor, se va esculpiendo una personalidad diferente a aquélla que no ha recibido esos golpes. Saber qué golpes hay que dar y cómo darlos y en qué tiempos son los nuevos conocimientos que está aportando la Neurociencia Cognitiva actual. De esto se ha dado cuenta, antes que nadie, la sociedad japonesa, que ha comenzado a demandar en sus colegios programas para la enseñanza acerca de cómo funciona el cerebro. Los japoneses han entendido rápidamente que la enseñanza no es un proceso que influye en el niño de una forma "psicológica" y "evanescente" sino que cambia el cerebro de los niños en su física, su química, su anatomía y su fisiología, rotulando un nuevo cerebro y transformando la arquitectura de su individualidad y su conducta futura.

El libro aborda también la preocupación ante esas "ventanas plásticas" o "períodos críticos" del desarrollo del cerebro. ¿Cuál es la mejor época para comenzar a enseñar inglés (u otra lengua) a los niños? ¿Y matemáticas, o música? ¿Cómo influyen los videojuegos, los móviles, o las películas de dibujos animados en edades muy tempranas? O, como dicen los autores de este libro, ¿se debe comenzar a meter a los niños en "un invernadero selectivo" en donde sólo lleguen a sus cerebros conocimientos enlatados y se desprecien otros?

El libro ayuda también a entender problemas como el autismo, la dislexia o el síndrome de hiperactividad y su déficit de atención o los cambios del cerebro durante la adolescencia o el sueño. Pero me hubiera gustado ver tratado más extensamente los mecanismos cerebrales, base de la emoción y los sentimientos. Con todo, es un auténtico libro de divulgación, ilustrado con dibujos asequibles y escrito con un lenguaje sin jerga científica. Aspecto harto difícil si lo hace un científico y los autores de este libro lo son.