Materia de España
Pablo F. Albaladejo
24 mayo, 2007 02:00Materia de España reúne once ensayos previos del autor, caracterizados por el profundo conocimiento de los autores y textos sobre los que tratan, una pléyade de escritores de la época moderna, que constituye seguramente la más amplia nómina de tratadistas e historiógrafos interrogados hasta ahora en la búsqueda de la existencia y consistencia de esa materia llamada España. Fernández Albaladejo es un investigador exhaustivo y lo muestra no sólo en la reconstrucción del pensamiento de tal cantidad de autores, sino también en el formidable apoyo bibliográfico sobre el que se basa, que prueba su apabullante dominio de cuanto se ha escrito en otros países en relación con los temas que trata, y de forma muy especial en el ámbito anglosajón. El mayor inconveniente para el lector -sobre todo el menos especializado- es la complejidad del lenguaje, algo seguramente difícil de evitar dada la alta carga conceptual de los temas estudiados.
Los ensayos incluidos abarcan un amplio espacio cronológico, que comienza en la década de 1540 -un momento decisivo en la construcción historiográfica de España-, y prosigue con los autores del reinado de Felipe III, para pasar al periodo en el que se sitúan la mayor parte de los estudios: el siglo de los Borbones, y especialmente la época de Felipe V, con todas las transformaciones que implicó el cambio dinástico. El recorrido histórico concluye con un análisis sobre el pensamiento de Francisco Martínez Marina, ya en pleno siglo XIX. La comparación con autores europeos, constante a lo largo de los diversos trabajos, alcanza su culminación en dos de ellos: el que analiza el pensamiento de Montesquieu sobre la monarquía católica, y el que abre el libro -curiosamente el más contemporáneo- en el que estudia la crisis actual de la britanidad, que tantas semejanzas ofrece con el caso español.
El autor huye tanto del esencialismo cuanto de posturas blandas que reducen a una mera -y reciente- construcción historiográfica la realidad de España. Tampoco pretende una postura intermedia entre ambas, sino simplemente distinta. De los múltiples análisis y matices que pueblan el libro, permítaseme destacar dos que aparecen por doquier. La especial configuración de lo político como supeditado a lo confesional católico, que lastraría las posibilidades de una evolución propiamente civil como la que se produce en otros ámbitos, y la realidad de unas identidades múltiples, no necesariamente opuestas, y compatibles con una identidad hispana común. Como escribe el autor: "En el imaginario colectivo, España se figuró como un lugar afectivo y conflictivo a la vez, anclada en una memoria que no por diversa dejaba de reconocerse al propio tiempo como común y compartida".