Image: El antiamericanismo español

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Ensayo

El antiamericanismo español

Alessandro Seregni

8 noviembre, 2007 01:00

Zapatero ante la bandera de Estados Unidos en el desfile del 12 de octubre de 2003

Síntesis. Madrid, 2007 / 303 páginas, 18 euros

¿Qué entendemos por antiamericanismo y cuáles son sus raíces y sus principales manifestaciones en España? ¿Cómo ha evolucionado en el último siglo y qué efectos ha tenido en las relaciones entre España y los Estados Unidos? A partir de su trabajo doctoral en la école des Hautes études en Sciences Sociales de París, Alessandro Seregni responde a esas preguntas eligiendo tres momentos históricos: 1898, los primeros años del franquismo y la transición democrática hasta 1986.

Es posible que, con otra bibliografía, se podría haber llegado a resultados algo diferentes, pero nadie había identificado antes con tanta precisión las motivaciones y las raíces -autores, ideas, partidos políticos e intereses- de la fuerte hostilidad contra los Estados Unidos en España.

Seregni admite que en cualquier otro período, como la Segunda República o la Guerra Civil, encontramos huellas de antiamericanismo, pero, tras examinar centenares de artículos y docenas de libros sobre el objeto material de la investigación, considera que los tres momentos elegidos permiten obtener "una visión de conjunto, completa y satisfactoria" del sentimiento antiamericano. Lo mejor del libro es la habilidad con que, desde una posición de moderador o de árbitro, el autor inserta los hechos aislados (la guerra de 1898, los pactos de Madrid, la política de Reagan en Centroamérica, la metedura de pata de Alexander Haig la noche del 23-F o la guerra de Iraq en 2003) en procesos de larga duración y lenta sedimentación que alimentan la hostilidad, los prejuicios y los estereotipos más arraigados.

Nada es simple cuando se trata de estereotipos. El propio concepto de antiamericanismo es vago e impreciso. Para comprenderlo, es preferible conjugarlo en plural. Hay antiamericanismo de izquierdas y de derechas; contra los estadounidenses, contra los Estados Unidos y contra algunos de sus dirigentes; pacífico y violento; organizado y caótico; ideológico y religioso; cultural, político, militar y económico; nacional e internacional; interesado o racional e irracional o gratuito.

¿Dónde convergen todas sus manifestaciones? "Junto cuando la crítica, dirigida hacia un evento preciso, un momento histórico preciso y una precisa persona o un preciso grupo de personas, se transforma […] tanto en una acusación indiscriminada y generalizada contra un pueblo entero, contra la totalidad de su historia y su cultura, como -lo que es mucho peor- en el criterio único para atribuir a los ciudadanos de aquel pueblo, a sus instituciones políticas y a su sociedad, características negativas fijas e inmutables" (p. 46).

Todo el texto, sobre todo la introducción, requiere una edición más cuidadosa para limpiar las numerosas erratas gramaticales. Términos como "reacciones contrastantes", "políticas a sentido único", "allende el hecho de que también los españoles…" y, sobre todo, docenas de verbos que no concuerdan en frases complementarias ("se preguntaban si no fuera oportuno" en vez de "… sería oportuno", por ejemplo) afean un trabajo de gran mérito para quien desee conocer el mar de fondo en que navega con tantas dificultades, mucho antes de que Zapatero entrase en escena, la relación hispanoestadounidense.

El autor habla pocas veces en primera persona y, cuando lo hace, casi siempre es para corregir los excesos, simplificaciones y manipulaciones de los principales abanderados del antiamericanismo. La guerra de 1898 fue el primer gran salto cualitativo del antiamericanismo español. Se fortalece entre los perdedores de la Guerra Civil por el apoyo estadounidense a la dictadura de Franco durante la Guerra Fría y, aunque todavía es pronto para llegar a conclusiones definitivas, es probable que el antibushismo de los últimos años refuerce todas las corrientes de hostilidad hacia los EE.UU., aunque -como advierte el autor- "ni existe una total superposición entre antiamericanismo y antibushismo […] ni el antibushismo es una categoría del antiamericanismo" (p. 271).