Image: República y guerra civil

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Ensayo

República y guerra civil

Julián Casanova

29 noviembre, 2007 01:00

Cartel de archivo

Crítica / Marcial Pons, 2007. 526 páginas, 33 euros

La historia de la guerra civil española y de sus orígenes sigue resultando enormemente polémica. En principio no debiera ser así, porque el amplio consenso que los españoles hemos alcanzado acerca de los pilares de nuestra convivencia y nuestra prosperidad, es decir la democracia política, la economía de mercado, la legislación social y la libertad religiosa, no responde a los ideales de ninguno de los dos bandos que se enfrentaron hace setenta años: ni Francisco Franco ni Largo Caballero eran demócratas.

Sin embargo los recuerdos históricos y las pasiones políticas de hoy se siguen entrelazando y no es tan sorprendente que así sea, no sólo por la ferocidad de aquel enfrentamiento, sino porque la dictadura demoró durante décadas el inicio de la reconciliación. Cuando en las cunetas de nuestras carreteras se siguen exhumando los restos de personas asesinadas en aquellos años, el análisis de nuestra guerra sigue representando un reto para todo historiador que pretenda ser imparcial. Un reto que el historiador Julián Casanova (Valdealgorfa, Teruel, 1956) ha sabido afrontar.

Catedrático de la Universidad de Zaragoza, Julián Casanova ha destacado por sus investigaciones sobre el anarcosindicalismo en los años treinta, sobre la represión en la guerra civil y en la posguerra y sobre el papel de la Iglesia católica en los inicios de del régimen de Franco. En República y guerra civil aborda la difícil tarea de ofrecer al lector no especializado una síntesis de aquel convulso período de nuestra historia. Se trata de un libro bien escrito, muy documentado y que ofrece un amplio panorama del periodo transcurrido entre las ilusiones republicanas de abril de 1931 y el triunfo total de Franco nueve años después. Y es también un libro en el que su autor, sin ocultar sus simpatías por las izquierdas, se muestra bastante ponderado en sus análisis. Ello se manifiesta sobre todo en el capítulo, difícil y doloroso, que dedica a "la destrucción del contrario", en el que analiza cómo la combinación de odios políticos, religiosos y de clase condujo en ambos bandos a atrocidades represivas. No oculta ni el apoyo de gran parte de la Iglesia española a la represión desencadenada por los rebeldes ni la matanza sistemática del clero en gran parte del territorio controlado por las izquierdas.

El profesor Casanova no se refugia tampoco en el tópico de los "incontrolados" para explicar los asesinatos masivos perpetrados en el bando republicano durante los primeros meses de la guerra, cuyos responsables fueron militantes de las organizaciones anarquistas, socialistas y comunistas. Cabe sin embargo objetar a Casanova un cierto desequilibrio en los casos personales que relata. Al igual que describe los tremendos casos de dos mujeres asesinadas por los rebeldes, María Domínguez, la primera mujer que fue alcaldesa en España, y Amparo Barayón, la esposa de Ramón J. Sender, ¿no debería haber contado la historia personal de alguna de las doscientas ochenta y tres monjas asesinadas?

Dos cuestiones esenciales que debe abordar cualquier historia de la guerra civil son por qué estalló y por qué ganó el bando de Francisco Franco y, en mi opinión, Julián Casanova da una respuesta más satisfactoria a la segunda que a la primera. Sin duda tiene razón al afirmar que la guerra la provocaron quienes en julio de 1936 se alzaron en armas contra una República que en el pasado había sido capaz de reprimir las insurrecciones de los anarquistas, los socialistas y los comunistas, pero creo que no analiza a fondo la responsabilidad de las izquierdas en el deterioro de la convivencia en los meses que precedieron al alzamiento. Me parece en cambio muy acertado su análisis de la victoria de Franco, que atribuye en gran medida a tres factores que han subrayado diversos autores: la intervención italiana y alemana fue más eficaz que la soviética (Enrique Moradiellos), el general Franco dispuso desde el principio de un auténtico ejército (Gabriel Cardona) y los estrategas republicanos siguieron una estrategia equivocada (Antony Beevor). En conjunto estamos pues ante un libro de lectura muy recomendable. El análisis objetivo es un buen medio de exorcizar los fantasmas del pasado.