Image: La lógica oculta de la vida

Image: La lógica oculta de la vida

Ensayo

La lógica oculta de la vida

Tim Harford. Traduc. de Redactores en Red

27 marzo, 2008 01:00

Temas de Hoy. Madrid, 2008. 352 páginas, 19’50 euros

La aparición en el año 2005 de Freakonomics fue un éxito global de ventas. Sus autores, Steven D. Levitt y Stephen J. Dubner, dieron con un filón que a día de hoy parece inagotable: la vida cotidiana analizada desde la economía. Los editores detectaron a un excelente profesor de Economía de la Universidad de Chicago y a un magnífico periodista y consumado escritor. Con el trabajo de ambos y una gigantesca operación de marketing lanzaron un novedoso tipo de texto cuya estela millonaria ha sido seguida con éxito por autores de la talla de Tyler Cowen, Dan Ariely o Robert Frank. A Tim Harford (Londres, 1973) se le entiende mejor si se le incluye en esta perspectiva.

En 2006 publica Harford El economista camuflado, del que vende más de 600.000 ejemplares en veinticinco idiomas. Su éxito fue casi tan espectacular como el de Freakonomics. Harford mantuvo su libro en las listas de bestsellers de los cinco continentes durante mucho tiempo. Subtitulado "La economía de las pequeñas cosas", el lector quedaba seducido desde las primeras páginas. Harford, miembro del equipo editorial del "Financial Times", explicaba con sencillez y eficacia el comportamiento, aparentemente irracional, de gente capaz de pagar cantidades desproporcionadas por los bienes que adquiría. Su primer ejemplo lo ponía en lo que paga el público en la cadena mundial de establecimientos Starbucks, locales en los que por un vaso -de papel- de café se abona el triple de lo que costaría la misma consumición en cual- quier bar o cafetería del mismo barrio.

Apenas dos años más tarde, el lector tiene delante La lógica oculta de la vida, cuyo subtítulo, "Cómo la economía explica todas nuestras decisiones", hace una alusión muy ajustada a su contenido. La lógica de presentación pública de este volumen está cortada por el mismo patrón que El economista camuflado. Gran despliegue publicitario y un estilo sencillo, accesible a todos los públicos y pegada directa a cuestiones de impacto. No hace falta tener bola de cristal para asegurar su venta en grandes números.

El primer capítulo se abre con lo que Harford denomina epidemia de mamadas (la cursiva es suya) entre adolescentes estadounidenses de doce y trece años. Descrita la situación, el autor aplica el análisis económico, desde la teoría de la elección racional, a este aspecto del sexo oral entre jóvenes. Su conclusión afirma que no es que estemos ante una generación de adolescentes más promiscua sino ante una alternativa racional a prácticas sexuales de más riesgo.

El juego en Las Vegas, el porqué de los juegos de azar y sus adicciones son diseccionados por Harford en su segundo capítulo. Al hilo de la "teo-ría del juego" de Von Neumann, el lector va descubriendo la lógica interna del póquer, las máquinas tragaperras o la guerra. La vida en las oficinas, los sueldos de los jefes de las grandes compañías o las cajeras de los supermercados son piezas que componen el puzzle que Harford presenta y disecciona ante el lector, como si éste fuera el cliente que, sentado en la barra de un restaurante japonés, contempla cómo le preparan los platos. Las ciudades y sus vecindarios, las penurias de los afroamericanos o el papel de internet proporcionan a Harford las distintas circunstancias a partir de cuyo análisis construye su tesis central: la gente se comparta cada vez más racionalmente. El comportamiento humano es siempre un constructo de base racional.

Se cierra este libro con un curioso salto. Harford deja de analizar el comportamiento humano actual y retrocede hasta la Inglaterra de 1381, año en el que los habitantes de Fobbing deciden rebelarse contra lo que ellos consideran unos impuestos injustos. Tras formar un pequeño ejército, se presentan ante el rey Ricardo II para tratar de conseguir de la Corona un trato más justo. Ricardo II les engaña miserablemente, y esa falta de credibilidad está en el origen de la Revolución de 1688, la cual supuso un recorte en el poder arbitrario de la monarquía que, en opinión de Harford, implicó que Gran Bretaña se transformara en una sociedad más libre, con mayor respeto por la propiedad privada y con un mayor crecimiento económico que el resto de Europa.

Aunque a Freakonomics le ha pasado como a El Codigo da Vinci, que le han salido muchos imitadores, lo cierto es que Harford tiene una especial habilidad narrativa para el análisis divulgativo y para conectar con el lector. Es ameno, incisivo y gusta. Lo que ya no está tan claro es su soporte teórico, el de la elección racional: los individuos, la gente corriente o los agentes en el mercado pretenden lo mismo, maximizar beneficios y reducir costos. La cooperación entre personas, el altruismo o el papel que juega la estructura social en la determinación de las acciones individuales o sociales no queda del todo claro.