Image: Los partidos políticos en el pensamiento español

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Ensayo

Los partidos políticos en el pensamiento español

Ignacio Fdz. Sarasola

3 julio, 2009 02:00

Socialistas hacen campaña en los años 30. Foto: AGA

Marcial Pons, 2009. 382 páginas, 32 euros

Los partidos políticos -si son verdaderamente democráticos en su organización interna- resultan hoy indispensables para el funcionamiento de las democracias, pero no siempre fue así. Incluso hubo un largo periodo de tiempo en el que los partidos fueron vistos como un obstáculo para la consecución de los ideales del liberalismo. Lo fundamental, en el pensamiento de los primeros liberales, era el concepto de la soberanía nacional, expresión de la armonía social espontánea que se alcanzaba por la concurrencia de las voluntades individuales.

En esa perspectiva, las agrupaciones partidistas fueron vistas como una degradación inevitable y, con frecuencia, desca- lificadas con la denominación de "facciones" porque demostraban que, en ocasiones, los intereses particulares de un determinado grupo se anteponían a los intereses generales de los ciudadanos. No fue, por lo tanto, extraño que los partidos se abrieran paso con dificultad en la vida política de los dos últimos siglos y medio de los países occidentales. Este libro se abre con una cita de Tocqueville que, todavía en 1835, consideraba que los partidos eran "un mal inherente a los gobiernos libres".

Ha habido, por lo tanto una complicada evolución desde el rechazo inicial hasta su aceptación en el ordenamiento constitucional de los diferentes países, pasando por un largo periodo en el que fueron ignorados, antes de verse reconocidos en la ordenación legal. Esas son las diversas situaciones descritas habitualmente en los estudios de ciencia política y la que adopta Ignacio Fernández Sarasola, que desarrolla una historia intelectual sobre cómo evolucionó la idea de partido político en España, desde los tiempos de la Ilustración hasta nuestros días.

El autor, integrante del excelente círculo de constitucionalistas que inspira Joaquín Varela Suanzes-Carpegna en la Universidad de Oviedo, nos ofrece un libro académico, con un apabullante aparato crítico, pero también un atractivo ensayo, lleno de claves para entender la vida política actual.

El itinerario se inicia en los años finales del XVIII, cuando el sistema político inglés parecía el espejo en el que se pretendían mirar las demás sociedades europeas y un ejemplo de cómo la existencia de partidos no tenía por qué traducirse en enfrentamientos sociales. Los partidos continentales, en cambio, tendían a ser facciones que enfrentaban a los grupos y, en el caso español, la idea de partido no se asentaría hasta finales del XIX, después de que el largo reinado de Isabel II demostrase la incapacidad de la aceptación del adversario que caracterizó a aquel sistema político.

Tendrían que experimentarse las duras convulsiones del sexenio democrático (1868-1874) para que Cánovas acometiera decididamente el "camino británico" y ensayara un sistema de convivencia basado en el bipartidismo y en la alternancia pacífica de los partidos. Fue toda una obra de ingeniería política que, pese a sus fragilidades estructurales, hizo posible un largo periodo de paz civil y plantó la semilla de una democratización que no llegaría a consolidarse en Europa.

La segunda República sería así un exasperado experimento democrático entre dos ensayos autoritarios que intentaron eliminar la idea de partidos. La transición a la democracia tendría, por ello, un cierto aire de vuelta a la normalidad en la que los partidos políticos recibieron un pleno refrendo al ser reconocidos en la Constitución como expresión del pluralismo e instrumentos fundamentales para la participación política.