Image: Cartas de la época de Ibiza

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Ensayo

Cartas de la época de Ibiza

Walter Benjamin

13 noviembre, 2009 01:00

Walter Benjamin

Edición de Vicente Valero. Trad. de G. Cano y M. Arranz. Pre-Textos. 284 pp. 20 e.


La corriente de turistas ilustres y residentes en Ibiza no comenzó, como frecuentemente se piensa, a comienzos de los 50, cuando la isla fue lugar de acogida, sobre todo para los perseguidos y vencidos de la II Guerra Mundial. Esos años sí serían un momento especial para los pintores, cuando se crea el Grupo Ibiza 59 y nacen en la isla un par de galerías de arte muy avanzadas.

Tampoco en los 70 y 80, cuando con el turismo de masas llegaron gentes de todo tipo y condición. Fue a comienzos de los años 30 cuando vino a Ibiza una primera oleada de viajeros provocada, en buena medida, por la situación que estaba germinando en Europa tras la llegada del nazismo. En aquel ir y venir a la isla de Benjamin, se intuía una incomodidad y un desasosiego que poseía síntomas muy claros y que tendría su desenlace en su última huida de Francia hacia España, camino de EE.UU, y en su suicidio en Port-Bou.

Junto a Walter Benjamin, pasaron por Ibiza una serie de sobresalientes personajes, como el escritor Albert Camus, el pintor Will Faber (que organizó el primer "guateque" en la playa de Talamanca), el arqueólogo Schölten, el arquitecto Sert, los fotógrafos Raoul Haussman (que escribió una curiosa y dadaísta novela ambientada en la isla) y Man Ray, el escritor norteamericano Elliot Paul, (que nos dejaría un tan lírico como sobrecogedor testimonio de los días de la guerra civil), Tristan Tzara, Jean Selz, Brüner, o Paul-René Gauguin, nieto del pintor impresionista, o Jean Vilain, el asesino del político francés Jaurés, que acabaría, a su vez, asesinado en la cala ibicenca donde se refugió.

Son necesarias estas consideraciones para abordar este valioso libro, debido al impulso de Vicente Valero, el cual se había detenido estos últimos años a estudiar no sólo la figura de Benjamin, sino su mundo de viajeros ilustres. Así nacieron Experiencia y pobreza. Walter Benjamin en Ibiza, 1932-1933 (Península, 2001) y Viajeros Contemporáneos. Ibiza, siglo XX, (Pre-Textos, 2004).

Con estas cartas del pensador alemán, Valero enfoca un tema vivo de la cultura alemana (y europea) de los años 30. El título alude a la "época", por lo que no sólo se recogen cartas escritas por Benjamin desde Ibiza (desde el pueblo de San Antonio), sino de lugares a los que viajó durante ese tiempo: París, Niza, Poverone (Italia) o Berlín.

La correspondencia fue abundantísima. Como señala Valero, lo publicado constituye sólo parte de uno de los cuatro tomos de que constan sus obras; pero éstas son cartas especiales, pues aluden a un tiempo y a unos temas críticos ya para el ánimo del escritor: los de los últimos años de su vida. ¿A quién dirigió Benjamin estas cartas? Las más valiosas a Sholem, el gran estudioso de la Cábala, pero no hay que olvidar las enviadas a Karplus, la futura esposa de Adorno, al propio Adorno, a Jean Selz, a Alfred Kurella o a Carl Linfert, por citar sólo a algunos.

Tampoco olvidemos el rico periodo creativo que suscitó en Benjamin esta estancia, con la creación de textos no sólo en la órbita del filosofar, sino del sentir, como Sobre astrología, Experiencia y pobreza, Historias y relatos, Al sol, Serie de Ibiza, o su diario España 1933. En las cartas, ensayos y libros de esta época -en su vida- hay una ética, pero también una estética, y una pasión contenida que le debe mucho a su amor por el Mediterráneo. Quizá en la serena y pobre estancia en una isla estuviese la solución a tantas preguntas y dudas de la inquieta mente de Benjamin. Pero desasosiego, persecución y muerte le llevaron por otros caminos.

A Franz Hessel Niza, 27 de julio de 1932

Hotel du Petit Parc 6, Impasse Villermont, 6 (Niza)

Querido Hessel

Ein impasse mit vue sur le parc... ¿Qué podría describir con más encanto el emplacement de la habitación de un moribundo? Un amable señor me ha hecho en alguna ocasión el cumplido de que era un artista de la vida; espero haber hecho honores con la elección de este cuarto de despedida. Usted está entre aquellos que pueden hacer difícil esta despedida, si no se reuniera el corazón tan rápidamente con la nada. Ojalá pudiera toda la felicidad que promete este bello espacio matinal mientras le escribo transportarse a su habitación junto con esa pradera verde en la que hay que descansar tan plácidamente como espero hacerlo yo ahora.

Suyo, Walter Benjamin