Gonzalo Anes. Foto: Javi Martínez

Gonzalo Anes (Coaña, Asturias, 1939), catedrático y director de la Real Academia de la Historia, y Antonio Gómez Mendoza, catedrático de la Universidad Complutense, han tenido el acierto de ofrecernos este libro que rescata la memoria de lo que fue la Sociedad de Estudios y Publicaciones. Una empresa perfectamente definida por su nombre pues se dedicó a favorecer estudios académicos de gran calidad, a través de seminarios y becas, a la vez que hizo posible la publicación de algunos títulos de enorme resonancia en nuestra vida intelectual. La mención de Sobre la esencia (1962), de Xavier Zubiri, El collar de la paloma (1952) de Emilio García Gómez, o Carlos V y sus banqueros (1949), de Ramón Carande, hacen innecesaria la acumulación de menciones de más títulos.

Detrás de esa empresa estaba el Banco Urquijo y, al frente de él, Juan Lladó y Sánchez-Blanco (1907-1982), un banquero de principios liberales y fuertes convicciones religiosas que, ya antes de la guerra civil, había sido fundador y financiador de la revista "Cruz y raya" (1933-1936), que dirigiera José Bergamín. Después de la guerra civil sería encarcelado pero, a comienzos de los 40 se reincorporó al Banco Urquijo, del que llegaría a ser presidente. Un presidente muy poco convencional que siempre tuvo un gran interés en el mundo de la cultura y en la persecución de la excelencia académica. Fruto de ese interés sería la revista "Moneda y crédito", fundada en 1942, que acogió a grandes firmas de economistas liberales y a economistas clásicos españoles, que habían quedado desplazados después de la guerra civil. La revista se prolongó, en su primera etapa, hasta 1988. Gonzalo Anes sería, a partir de 1967, el último de sus directores. "En sus páginas -como afirman los autores- rezumó la economía liberal de mercado que más podía exasperar a un régimen aislacionista e interventor".

La empresa de más envergadura, sin embargo, sería la Sociedad de Estudios y Publicaciones, que inició su andadura en 1947 y la prolongaría hasta 1980. En sus inicios (1947-1960) se centró en el ámbito editorial y puso en el mercado títulos de gran impacto. El mayor, sin duda, Estructura Económica de España (1957), de Ramón Tamames, que se agotaría rápidamente y que ha sido reeditado numerosísimas veces. El autor evoca, en unas páginas de hace años que aparecen como el epílogo del libro, las circunstancias de aquella primera edición. También fue de gran interés para la historia de España la publicación de Los afrancesados (1953), la tesis doctoral de Miguel Artola, que marcó profundamente los estudios sobre los orígenes del liberalismo español.

La etapa que se abrió para la Sociedad a partir de 1960 fue, sin duda, la más rica de frutos en una España que, tras el primer Plan de Estabilización Económica, inició un camino de homologación con las economías y las sociedades de su entorno. A partir de entonces cuando se desarrollaron seminarios de investigación con el apoyo de la Fundación Ford que convirtieron a la sociedad en un factor de impulso de la investigación social y económica. En 1970 puso en marcha una política de becas que, en la estela de lo que había hecho antes de la guerra la Junta para Ampliación de Estudios, trató de poner a jóvenes investigadores españoles en contacto con centros europeos de prestigio. Es lo que ocurrió, por ejemplo con el Colegio europeo de Brujas o con los miembros del Iberian Centre en St. Antony’s College, de la Universidad de Oxford.

El poeta, y agricultor, José Antonio Muñoz Rojas, recientemente desaparecido, fue el secretario de aquella empresa y ha dejado en este volumen una vivísima evocación de lo que fue esa experiencia. "Una obra ejemplar -es su conclusión- que ha servido de pauta a otras posteriores", y que le da tanto interés a este volumen.