No sé si sería mejor decir El matemático periodista, porque es un matemático que escribe un periódico o algo parecido a un periódico. En esto difiere un poco de Un matemático lee el periódico, el libro de John Allen Paulus que aquí se cita, en el que el autor leía los contenidos de la prensa y los comentaba desde su postura científica. Blasco elige, sí, unos titulares de prensa y los toma como pretexto para desarrollar un tema matemático. Y así confecciona un periódico con sus secciones habituales: internacional, economía, educación, cultura, sociedad, deportes... Estas secciones se componen de dos o tres artículos, cada uno sugerido por un titular fechado del que, en seguida, se desliga.

Si, por ejemplo, en la sección de Internacional toma la noticia de que Obama da por terminada la guerra de Iraq, lo que describe bajo ese epígrafe es la utilización de la criptografía en la guerra a lo largo de la historia y los procedimientos matemáticos de cifrado de mensajes y su decodificación. Como analiza en la sección de Nacional los posibles sistemas de elecciones al Congreso, arrimándolos al interés de cada grupo. O, en la de Economía, algo tan actual como el problema de las hipotecas. Tampoco está mal actualizar ver que el balón de fútbol es un modelo de icosaedro truncado, el cual representa a su vez la estructura de un isótopo de carbono, el fulereno; lo que ha movido a los químicos bromistas a llamarle "futboleno".

Muestra, pues, este libro una presencia de las matemáticas en cualesquiera actividades culturales y artísticas. Las operaciones de la aritmética elemental y pequeños recuerdos de geometría son suficientes para seguir su amena lectura y aún para implicarse en ella. Como que algunas cuestiones de cálculo mental o de adivinación de números o de cartas me han recordado aquellas tertulias de nuestros mayores que entretenían con estos juegos sus tardes de casino.