Image: Crítica del poder / Patologías

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Ensayo

Crítica del poder / Patologías

Axel Honneth

24 diciembre, 2009 01:00

Axel Honneth. Foto: Univ. Lunebirg

Ed. de Germán Cano. A. Machado Libros, 2009. 429 páginas, 23 euros / Katz. 214 pp.,18’50 e.


El pensamiento de Jörgen Habermas, principal representante de la denominada segunda generación de la Escuela de Frankfurt, cuenta desde hace tiempo con una amplia recepción en nuestra lengua. Sin embargo, hasta hace poco eran escasas las obras traducidas al castellano de quien muchos consideran el más serio candidato a encabezar la tercera generación, el filósofo y sociólogo alemán, actual director del Instituto de Investigaciones Sociales de Frankfurt, Axel Honneth (Essen, 1949). Por fortuna, la situación ha cambiado y al creciente interés de muchos estudiosos españoles de la Teoría Crítica por la figura de Honneth se suma ahora la aparición casi simultánea de dos de sus libros más relevantes. Se trata además, de su primera obra, Crítica del poder (1989), y de uno de sus últimos trabajos, Patologías de la razón (2007), lo que posibilita una mirada de conjunto a la trayectoria de este genuino revitalizador del viejo proyecto frankfurtiano de liberar a la razón humana de sus deformaciones y derivas alienantes.

Pese a tener como base la tesis doctoral realizada por Honneth bajo la dirección de Habermas, Crítica del poder es un texto lleno ya de aportaciones originales, que anticipan el posterior contraste con las ideas de su mentor. Honneth coincide en principio con Habermas en la necesidad de corregir el pesimismo radical que los primeros frankfurtianos introdujeron en su obra a raíz de la experiencia del totalitarismo nazi. Lo que inicialmente era una denuncia de la cosificación provocada en las sociedades capitalistas por un proceso de racionalización sesgado, instrumentalizador del ser humano, se convirtió en una refutación de la razón occidental en su conjunto. Esta visión negativa de la racionalidad como un proceso siempre orientado al dominio abocó a la Teoría Crítica a un callejón sin salida. Para escapar de él, Honneth recurre, como Habermas, a un concepto positivo de razón, basado en el análisis de la interacción comunicativa. Pero se distancia de la edulcorada visión habermasiana de ese entendimiento mutuo. En concreto, Honneth le reprocha a la idea de razón comunicativa de su maestro el haber desatendido la importancia del cambio social como resultado del conflicto entre grupos sociales que defienden intereses discordantes.

Profundizando en la noción de poder -mediante una sugestiva relectura de Foucault- y en la importancia de las luchas sociales para la dimensión normativa de una teoría social comprometida con el progreso, Honneth prepara así el camino hacia su propuesta de madurez: la historia humana no es una mera lucha por la supervivencia, sino por el reconocimiento. Y el resultado comporta una motivación ética capaz de inspirar normas de justicia y respeto mutuo para la convivencia social.

De este modo, Honneth pretende superar tanto la ingenuidad de la fe habermasiana en la razón cuanto la desconfianza relativista. En ambos casos, acuerdo y conflicto no alcanzan un punto de contacto que permita su mediación. Es ese nexo, el hilo perdido por los primeros frankfurtianos, lo que Axel Honneth se propone recobrar. Pero este objetivo, según declara expresamente en su libro más reciente, sigue siendo fiel al espíritu que alumbró la Teoría Crítica: indagar las causas sociales por las que nuestras facultades racionales sufren una deformación que impide el logro de una vida plena. No hay, pues, por qué desertar del afán de completar la razón, pese a todas las patologías de la racionalidad social. Cabe hallar nuevas bases donde asentar ese interés emancipador, y éstas son las que plantea su teoría del reconocimiento. En esa línea, los capítulos de su nuevo libro se aplican a la labor de recuperar y actualizar la herencia frankfurtiana, dibujando un horizonte teórico integrador, que revisa asimismo figuras clásicas del pensamiento moderno, de Hegel a Freud. Un desafío estimulante, que esboza el campo de tareas asignado a la Teoría Crítica del siglo XXI.