Ensayo

La vida en el espacio. La nueva ciencia de la Astrobiología

Lucas John Mix

18 junio, 2010 02:00

Trad. de Joan Lluis Riera. Crítica, 2010. 300 pp. 28'90 euros


Más que una nueva ciencia, la Astrobiología es una ciencia no nacida aún, ya que su nacimiento no tendrá lugar hasta que no se encuentre vida entre los astros. En el momento actual, al astrobiólogo sólo le cabría invertir su óptica, situándose por ejemplo en Marte, para estudiar el caso único de la vida en la tierra. En el fondo esto es lo que acaba intentando Mix en un texto que transita por ideas y conceptos de la Física, la Química, la Ecología, la Astronomía y, por supuesto, la más desnuda Biología: si los científicos quieren estudiar la (posible) vida en el espacio, deben ser capaces de identificar tanto la vida en sí como las condiciones ambientales donde esta surge.

Lucas John Mix, podría decirse que en consonancia con el significado de su apellido, representa una rara mezcla de científico y clérigo episcopaliano: licenciado en la Universidad de Washington y doctorado en Biología por Harvard, trabajó en el Instituto de Astrobiología de la NASA, para luego ordenarse como sacerdote. Esta dualidad de formación y vocación aflora en los pasajes más especulativos de su discurso. Así por ejemplo, propone que "los cristianos necesitarían preguntarse si Jesucristo murió por los pecados de todos los seres inteligentes o sólo por los de los humanos".

No cabe duda de que los posibles hallazgos de la Astrobilogía tendrían una enorme trascendencia científica y filosófica, pero, por el momento, la copa del astrobiólogo está decididamente vacía. Si esto es así, cabe preguntarse sobre cuál puede ser el contenido loscentenares de páginas que Mix ha escrito. La respuesta es que lo que ha hecho ha sido extender la red de un modo amplio para reflexionar sobre el fenómeno vital en un contexto planetario. Puede decirse que la Astrobiología es el telón de fondo y el hilo conductor del libro.

Los astrobiólogos han aprovechado el amplio arsenal de herramientas de la ciencia moderna para detectar posible vida en el cosmos, buscando planetas donde se den condiciones favorables para dicho proceso, siguiendo las pistas del agua, del carbono o de la energía y, en fin, orientando sofisticados artilugios de escucha para captar posibles mensajes inteligentes procedentes de otros planetas. El día que encuentren el primer rastro todos celebraremos la nueva ciencia. Este libro nos da cuenta de los preparativos para dicho día y lo hace de un modo competente, aunque a veces no se logre evitar la jerga especializada. Como ha escrito el novelista Somerset Maughan, hasta leyendo El Quijote, el lector puede prescindir de lo que no le resulte amigable, sin que esto suponga una crítica al autor.