Fernanado Vela: Ensayos
Fernando Vela
16 julio, 2010 02:00Ortega, Gómez de la Serna y F. Vela, a finales de los años 20
Con tanto gigante intelectual a su alrededor el brillo se lo fueron llevando otros. Seguro de sí mismo, trabajó a veces en cocina, a veces entre bambalinas. Publicó páginas y páginas sin firma o con seudónimo y ello, unido al convulso momento histórico que le tocó vivir y a su propio carácter, han hecho que su vida y obra hayan quedado injustamente relegadas.
Por fortuna, la reciente aparición de esta antología, patrocinada y editada por la Fundación del Banco Santander en su colección Obra Fundamental, viene a recuperar el sitio que merece Fernando Vela. La cuidada, incluso exquisita edición de estos Ensayos, se abre con una Introducción, "El ensayo plural de Fernando Vela", que en medio centenar de páginas sitúa su vida y obra. Profesor de Literatura española en la Universidad de Turín, Eduardo Creus Visiers ha comenzado por trazar la biografía de Fernando Vela y le ha añadido tanto su bibliografía esencial como lo publicado sobre él. Se completa este volumen con una selección de textos, treinta y nueve en total, que recogen lo más representativo de su producción en sus distintas épocas y temas.
De la antología que nos presenta Creus Visiers destaca, en primer lugar, el esfuerzo que Fernando Vela hace por construirse a sí mismo en consonancia con la persona y la obra de José Ortega y Gasset. En su texto "Recuerdos de Clarín" evoca su adolescencia en Oviedo, ciudad en la que había nacido en 1888, y recuerda, como amigo de los hijos de Clarín, el nacimiento de las dos aficiones tomadas del autor de La Regenta que le acompañarían toda su vida: el juego del ajedrez y el periodismo y la escritura. El día de su muerte, con cuarenta y cinco años, la tarde del 13 de junio de 1901, estuvo en su casa y, como confiesa en este texto, la figura de Clarín le quedó como el límite que, por abajo, marcaría el inicio de su vida reflexiva.
La marca por arriba sería la muerte de José Ortega y Gasset. Lo relata con la claridad pretendida por Goethe y por su maestro en Evocación de Ortega. Recuerda el 18 de octubre de 1955, fecha en la que muere Ortega, como el momento en el que se produce un vacío intelectual indeleble. Once años después, como leemos en estas páginas, el 6 de septiembre de 1966, se cerraba la vida de Fernando Vela en Llanes (Asturias) jugando al ajedrez en el café Pinin.
Hijo de médico, comenzó medicina pero acabó opositando al Cuerpo Técnico de Aduanas. Tenía que ganarse la vida, pero le tiraban la reflexión y la escritura. Su trabajo como Secretario de Redacción de la Revista de Occidente es el que más fama le ha dado, pero Vela dirigió "El Sol "y cofundó "Diario de Madrid" y el "España" de Tánger. Sus colaboraciones en distintos periódicos fueron incontables. Eduardo Creus Visiers, al presentar al lector la obra escrita por Vela en formato libro, nos recuerda que su primera obra -curiosamente ahora, que estamos en un vívido Campeonato Mundial de Fútbol- fue, en 1924, Fútbol. Association y Rugby. La última, publicada por Revista de Occidente en 1961, Ortega y los existencialismos. En el entretanto, sus textos sobre Estados Unidos, Mozart, Talleyrand o el momento y circunstancias del arte moderno.
Trae este volumen, de la mano de Eduardo Creus Visiers, entre otras muchas las páginas que Fernando Vela escribió sobre Goethe, Jovellanos, Pío Baroja, Pedro Salinas o Charlot. El lector recupera con sorpresa a un autor que creía perdido pero que conserva la tensión del arquero orteguiano por aquello hecho con claridad, cuenta y razón.