Image: 100 JAE. La Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones en su centenario

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Ensayo

100 JAE. La Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones en su centenario

J. M. Sánchez Ron y J. García Velasco (eds.)

13 mayo, 2011 02:00

Ramón y Cajal, presidente de la Jae hasta 1934.

Fundación F. Giner de los Ríos/Residencia de Estudiantes. 2 vols. I, 864 pp.; II, 928 pp. 35 e.


En 1988 se publicaron dos gruesos volúmenes que recogían las actas de un simposio Internacional sobre la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas que se había celebrado en Madrid a finales del año anterior. Un año antes se había publicado, en dos números sucesivos de la revista científica Arbor, un largo trabajo colectivo sobre los orígenes culturales de la Junta. A finales de 2006, el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza publicó un número monográfico sobre la Junta, y en el año 2007, en el que se conmemoraba el centenario de la creación de ese organismo, se montó una exposición en la Residencia de Estudiantes de Madrid , acompañada de un excelente catálogo, que llevaba el título de El laboratorio de España. Ahora se nos ofrecen, también en dos volúmenes de casi mil páginas cada uno, las actas del congreso internacional que se celebró en febrero de 2008, con ocasión de aquel centenario. El esfuerzo historiográfico, en relación con la Junta, ha sido más que considerable.

La Junta, creada en 1907 pero que no fue plenamente operativa hasta 1910, después de la caída del gobierno Maura, estaba alentada por el espíritu de la Institución Libre de Enseñanza y Vicente Cacho, que fue uno de los pioneros en el estudio de la Institución, sistematizaría "los cuatro rasgos definitorios, complementarios entre sí, que caracterizaron a la Institución y de los que igualmente participó la Junta, y que podrían definirse así: gabinete de estudios, laboratorio pedagógico, hogar del espíritu y núcleo de liberalismo radical."

De acuerdo con los dos primeros la Junta se convirtió en protagonista de un extraordinario proyecto de renovación pedagógica en el que los elementos decisivos fueron la marcha de becarios españoles a las principales universidades europeas -especialmente alemanas-y las construcción de centros de investigación que aseguraran la continuidad del aprendizaje que esos becarios habían realizado en el extranjero. Aquellos hombres habían tomado como referencia el giro de la política educativa tomado por la tercera República francesa para recuperarse de la estrepitosa derrota de 1870.

La creación de la Junta, y sigue también en esto a Cacho, "puso fin al ostracismo en el que se consumía Don Francisco Giner, pese al intenso ambiente intelectual que había sabido concitar en torno suyo. Los centros que la Junta fue creando materializaban la irradiación de sus ideas mucho más satisfactoriamente que el reducido escenario del paseo del Obelisco."

Se trataba, en cualquier caso, de una empresa que sería ya realizada por otra generación representada en personalidades como la de José Castillejo (1877-1945) y, sobre todo en José Ortega y Gasset (1883-1955), que se habría de convertir en el verdadero mentor de aquella empresa y que, cuando todavía era un joven estudiante que vivía en Marburgo, había saludado la creación de la Junta con las palabras ilusionadas que dirigió a su novia: "preveo que está iniciándose en España la preocupación por la ciencia y que ha de concederse a los que trabajamos en ella los medios para vivir con holgura."

Los dos volúmenes que recogen las actas de aquel congreso no son -ni tendrían por qué serlo-una lectura amena y placentera, sino un poderoso instrumento para conocer la historia de la ciencia en España en el primer tercio del siglo XX.

La misma variedad de los temas estudiados, que se agrupan en capítulos dedicados a la ciencia, el Centro de Estudios Históricos, la economía, la arquitectura, la educación, o la Residencia permiten atisbar la extraordinaria importancia del proyecto de transformación social que protagonizó la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas. Los volúmenes que ahora se publican son documentados testigos de aquellos logros.