Crítica de la razón plástica
Juan Martínez Moro
1 julio, 2011 02:00Para el autor, la obra de Warhol no tiene justificación material
Uno de los aspectos más importantes desarrollado en este ensayo es la noción de "plástica", que podemos definir como "todo material susceptible de ser moldeado, esto es, intervenido y modificado formalmente". Pero lo plástico es mucho más: representa el arcano, lo inexpresable, lo insondable. Es la materia a partir de la cual se construye y moldea la razón o -diríamos nosotros- el lenguaje. El creador articula su obra en una relación de ida y vuelta con la plástica. La materia dota de plasticidad a la razón; la razón da forma a la materia. En el arte ha existido siempre una fecunda relación entre plástica y razón, entre la dimensión material y la racional, entre Dionisios y Apolo. Sin embargo, a partir de los años 60 del siglo XX, la vertiente plástica parece haberse diluido en favor de una lectura unidimensional de la obra de arte.
Uno de los síntomas de este cambio es la sustitución de la expresión "artes plásticas", en favor del término anglosajón "visual arts" (artes visuales), para nombrar al conjunto de la actividad artística. Y ello es consecuencia, entre otros motivos, de la incorporación y el dominio de una imagen que, como la fotografía, el vídeo o el medio digital, carece de cuerpo. Pero la cuestión es mucho más compleja y posee múltiples derivaciones. A partir de la "Brillo Box" (1964) -decía Arthur C. Danto- se anuncia ya un cambio de paradigma: desde Andy Warhol cualquier cosa puede convertirse en obra de arte. Y ello es así porque la obra de Warhol es una manifestación vacía o -como dice Martínez Moro- no posee una justificación material. Y al carecer de justificación material, se ha de fundamentar a partir de otras "razones" que son exógenas al mismo arte. Se ha dicho que la filosofía ha invadido el territorio del arte, pero lo que pretendía la filosofía no era encontrar al arte, sino buscarse y pensarse a sí misma independientemente del arte.
"Hipertrofia de la razón", esto es, inflación de argumentos o razones ajenas al arte mismo: con esta expresión podríamos calificar este arte desmaterializado, sin dimensión plástica, que acaba por configurar todo un sistema de comportamientos artísticos. Así, por ejemplo, en la medida en que el arte abandona su indagación plástica, los artistas reorientan su trabajo hacia la realidad social, la variedad de conductas sexuales, el compromiso político, la problemática urbana, el hecho multicultural… Es entonces cuando aparece la figura del "artista etnógrafo", que importa metodologías de observación y análisis de las ciencias sociales, aunque sin el rigor ni los métodos de comprobación de éstas, y trabaja con nociones de archivo, entrevista, estadísticas, documento… Términos como "tesis", "proyecto", "estrategias", que se han hecho habituales en la jerga crítica para describir la creación actual, delatan estos préstamos de la sociología o la antropología, y revelan un ecosistema, el de la práctica artística contemporánea, faltado de razón (plástica).