Image: Puedes pisar mis ojos. Un retrato del Irán actual | El jardín del fin

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Ensayo

Puedes pisar mis ojos. Un retrato del Irán actual | El jardín del fin

Michel Serge y Paolo Woods | Ángela Rodicio

29 julio, 2011 02:00

Foto: Belator

Traducción de María Hernández. Alianza. 312 pp., 19 euros | Debate. 464 pp., 21'90 euros

En un espacio de pocas semanas han visto la luz en castellano dos retratos de Irán, uno de los países más antiguos, fascinantes y conflictivos del mundo: Puedes pisar mis ojos, del periodista suizo Serge Michel y su inseparable fotógrafo, el italo-canadiense Paolo Woods, y El Jardín del fin, de la periodista española Ángela Rodicio, que ha hecho casi toda su carrera profesional en RTVE.

En los dos se intenta desentrañar, como reconoce Michel a las pocas horas de su llegada a Teherán como corresponsal free-lance en diciembre del 98, "esta dualidad entre las falsas apariencias y una realidad huidiza, [...] entre los clichés y el Irán real que pretendía desvelar gracias al carné de prensa que ese día me entregó ceremoniosamente un empleado de la Orientación islámica", el departamento responsable de credenciales de la prensa extranjera. "Formuló el deseo de que no me viera privado de vino ni de güisqui guiñándome un ojo", añade. "[Y] me hizo una última recomendación: Mister Michel, es completamente libre de trabajar a su aire. Sólo evite las críticas a nuestro Líder Supremo. Además, no pierda el tiempo con los responsables oficiales, que no tienen nada interesante que decir. Mejor conozca a los iraníes corrientes".

Tanto Michel y su inseparable cámara como Rodicio han seguido bastante fielmente ese consejo en sus radiografías del Irán de hoy (los primeros) y de ayer y hoy (la segunda). En forma de diario, con 45 textos breves, que se leen de un tirón, los primeros. En la clásica mezcla de anécdotas personales, notas de visitas esporádicas, documentación de libros y guías, y entrevistas, la segunda.

Ambos son libros de viajes y ambos, aunque en dosis muy distintas, recuperan las raíces históricas, sociales, políticas y religiosas de la antigua Persia y la ruptura que supuso tanto la llegada del Islam como la brecha entre suníes y chiíes para introducirnos en el Irán moderno y contemporáneo, colonial y revolucionario, imperial y teocrático, del último siglo. Con casi 200 páginas más, Rodicio presta mucha más importancia al pasado que Michel y Woods.

Sobre el presente, son obras complementarias, que, a partir de testimonios de primera mano (mucho mejor identificados por Michel y Woods que por Rodicio, que abusa de términos como "un amigo" entre las fuentes), nos permiten disipar buena parte de la espesa niebla y propaganda que siempre ha envuelto la información que nos llega sobre Irán. Jardines y alfombras, bazar y mezquita, martirio y orgullo, homosexualidad y conspiraciones, petróleo y caviar, Israel y los EE.UU., el culto de la muerte, millones de jóvenes (el 70 por ciento de la población) frustrados, armas atómicas, universidad, mujer, bodas, manifestaciones, cárceles, machismo, religión opresiva y derechos humanos violados sistemáticamente… Junto a la agenda temática, los lugares y las biografías (salpicadas por todo el texto en el caso de Rodicio, perfiles periodísticos clásicos en la obra de Michel y Woods): Tabriz, Mashad, Yadz, Pasargade, el Sha, Jomeini, Rafsanyani, Jatamí, Jamenei, Ahmadineyad, Musaví, presidentes que no presiden y líderes espirituales que ejercen como ministros de Defensa...

Michel y Wood abren y cierran su obra reconociendo lo mucho que deben a los periódicos que les apoyaron. Rodicio prácticamente ignora a TVE, sin cuyo respaldo me temo que este libro nunca hubiera sido posible. Otra diferencia notable: los primeros evitan citas bibliográficas y, en cambio, recurren a las notas explicativas para todo lo que no consideran esencial, mientras que Rodicio, sin una nota, incluye una bibliografía abundante, apoyando su texto en docenas -5 en algún capítulo, más de 50 en otro- de libros o artículos a los que ha recurrido para documentarse. Rodicio recoge en varios capítulos cronologías de algunos de los momentos históricos más importantes descritos en el libro. Aportan mucha información, pero rompen el hilo conductor de cualquier relato.

Ambos libros concluyen con un mensaje de esperanza. Influida, seguramente, por la llamada primavera árabe, que Rodicio ha vivido en países como Egipto. "Apuesto a que un pueblo que ha sufrido tantas vicisitudes e invasiones a lo largo de su historia logrando preservar su genio terminará triunfando", escribe Michel.