Image: Goebbels

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Ensayo

Goebbels

Peter Longerich

13 julio, 2012 02:00

Goebbels

Traducción de José Aníbal Campos. RBA. Barcelona 2012. 1.056 pp. 35 e.

La figura de Joseph Goebbels (1897-1945) ha pasado a la historia no sólo como ideólogo nazi y figura prominente del Tercer Reich, sino también como arquetipo de los aspectos más siniestros y delirantes de un régimen criminal ya de por sí basado en el fanatismo y la crueldad despiadada. No ha sido ajena a esa imagen su trayectoria personal -difícilmente disociable de la política-, que se materializó en una cercanía tan estrecha con el Führer que no dudó en seguir su ejemplo de preferir la muerte a la derrota cuando la situación de Alemania se hizo insostenible.

En este sentido, su determinación de suicidarse -un desenlace nada inusual en los jerarcas de aquel Estado acostumbrado a dictar muertes a mansalva- estuvo rodeada de circunstancias especialmente tétricas, pues antes de correr la misma suerte que él, su esposa Magda asesinó a sus seis hijos en una de las ceremonias macabras más repugnantes de la historia contemporánea.

Peter Longerich (1955) es un profesor alemán que trabaja en la Universidad de Londres. Sus obras más difundidas han versado sobre el Holocausto y muy particularmente sobre la actitud de la sociedad germana (¿silencio, disciplina, complicidad?) ante el desencadenamiento de la barbarie nazi. Una de sus obras lleva como revelador título De eso nosotros no sabíamos nada (2006). Al público español interesado en estos temas su nombre le debe resultar conocido porque esta misma editorial publicó hace tres años una biografía de otro de los capitostes nazis (Heinrich Himmler) que guarda en forma y fondo bastantes parecidos con ésta que comentamos.

Esos parecidos se hacen patentes en la estructura y dimensiones de la obra. Estamos, una vez más, ante un estudio denso y pormenorizado que por su carácter exhaustivo puede echar para atrás a más de un lector; superando ahora la ya voluminosa apariencia de la biografía anterior, la narración de Longerich se extiende por encima de las mil apretadas páginas, con 250 de ellas dedicadas a notas, fuentes y bibliografía. Unas proporciones que en principio pueden conllevar que la lectura de este texto difícilmente trascienda los límites de los ámbitos profesionales de la historia y la política o, en todo caso, de un público altamente motivado por estos temas.

No obstante todo ello seríamos injustos si no nos apresuráramos a reconocer que se nota en la redacción y en la propia concepción de la obra una voluntad de rebasar esas limitaciones y llegar a sectores no especializados. De hecho, la biografía en cuestión resultará apasionante para quienes tengan un mínimo de paciencia para seguir los hilos con los que el profesor alemán va trenzando el entramado que permite explicar la ascensión de un personaje de características tan peculiares como Joseph Goebbels. En este aspecto habría que indicar que hasta los propios títulos de los capítulos, tomados del ideario del biografiado, despiertan la curiosidad e incitan a la lectura.

Los diarios de Goebbels constituyen la "base de esta biografía y una de las fuentes principales sobre el Tercer Reich". Esos escritos -que no se publicaron íntegramente hasta hace poco- revelan un personaje bifronte, escindido entre el propagandista maquiavélico de una cínica inteligencia, por un lado, y el militante fanático subyugado por el carisma de Hitler, por otro. Consciente de ello y, aún más, asumiendo como inevitable que las fuentes para la biografía del dirigente nazi proceden de él mismo o su entorno, Longerich asume el reto de escapar de la trampa de que su semblanza se parezca a lo que el propio Goebbels hubiera querido que dijeran de él. Creo que ahí reside la especificidad de este estudio: Longerich cuestiona sistemáticamente la sinceridad de los escritos de Goebbels y trata de objetivar al máximo al personaje.

El resultado es una figura mucho menos mítica e incluso menos trascendental en la dinámica del régimen de lo que hasta ahora se ha dicho. El Goebbels de Longerich es un megalómano narcisista que compensa de modo impostado su inmenso complejo de minusválido y, sobre todo, su conciencia de escritor inane e intelectual fracasado. Buscando de modo desesperado el reconocimiento ajeno, encuentra en Hitler su gran mentor y junto a él halla también el sentido vital y político que venía buscando desde tiempo atrás. Desde esa posición Goebbels fragua una leyenda que no se corresponde con la realidad, pues el ministro de Propaganda resultó ser a la postre, según Longerich, un elemento que nunca jugó un papel determinante en las grandes decisiones del Tercer Reich.