Image: La sacudida árabe

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Ensayo

La sacudida árabe

Alberto Garrido

20 septiembre, 2013 02:00

Un niño con una bandera de Egipto durante una protesta en Gaza

Icaria, 2013. 153 pp. 16 euros

¿Qué son, de dónde vienen y a dónde van eso que se ha dado en llamar las primaveras árabes?

Se han dado tantas respuestas en los últimos meses que lo difícil es encontrar un texto que sintetice, profundice y, de forma clara, dé sentido, equilibrio y luz a tanta confusión. En La sacudida árabe, el profesor Alberto Garrido lo ha conseguido. A partir de un dosier redactado en agosto de 2011 para sus estudiantes de periodismo internacional en la Pompeu Fabra de Barcelona, ha logrado un manual de 150 páginas que se lee como un gran reportaje de un dominical sin perder un ápice del rigor académico de la mejor tesis doctoral.

En una introducción y cinco capítulos, unas 200 citas bibliográficas entre las que están las principales obras de referencia (leídas de verdad, no citadas para la galería como en tantos casos) y un estilo muy pedagógico, Garrido presenta las transformaciones en marcha en el mundo árabe como "una fractura histórica" sin precedentes. "Es pronto para dilucidar si se trata de una serie de revoluciones en cadena, de revueltas inducidas por reformistas sociales, de un renacimiento de las sociedades árabes, de un compendio de las tres cosas o de algo diferente a cuanto registra la historia de los movimientos político-sociales" (p. 9).

En el primer capítulo define el universo árabe, sobre todo, por la lengua a pesar de sus variantes dialectales, por una religión dividida casi desde sus orígenes en dos ramas muy desiguales, por una cultura más que milenaria (suma de lo árabe y lo musulmán), por su impermeabilidad a la modernidad occidental, por una herencia histórica marcada por la experiencia o pesadilla colonial, por los Estados antropomórficos y corruptos que siguieron a la nahda, y por la pugna Este-Oeste en la segunda mitad del siglo XX.

Estos y otros factores más coyunturales condujeron, según el autor, a dos lógicas de división -una vinculada a la rivalidad entre estados y otra a la distancia creciente entre las sociedades árabes y los gobiernos- y a tres elementos superestructurales que han condicionado la política regional e internacional: el conflicto palestino-israelí, la gestión de los recursos energéticos y el sueño y fracaso del panarabismo. Con las cautelas obligadas en cualquier clasificación de jugadores en un partido tan volátil, Garrido distingue cinco grupos dentro de la diversidad árabe en el momento de la sacudida: estados degenerados (Túnez, Libia, Egipto, Siria y Yemen), en transición (Marruecos y Jordania), estables (Arabia Saudí, Kuwait, Emiratos, Catar, Baréin y Omán), relativamente estables (Argelia, Mauritania, Sudán e Irak) e inestables (Líbano).

Siria, en este esquema orientativo, representa "un caso extremo de rigidez" porque "no tiene siquiera la capacidad necesaria para un reformismo lampedusiano al estilo del esbozado en Yemen". La característica más genuina del régimen sirio de los Asad, señala, "es que desde el principio se construyó como un bloque monolítico en el que el ejército, los servicios secretos y el partido único se adueñaron del Estado, mientras que, en casos como los de Túnez y Egipto, la construcción de las autocracias fue el resultado de un largo proceso de adecuación del Estado a los grupos gobernantes". (p. 34) En los cuatro capítulos siguientes, el autor desmenuza las características, las corrientes y las grandes divisiones religiosas en este universo, sus atormentadas relaciones con Occidente, las revueltas desde 2010 -"tercera oleada de movilizaciones dentro de una secuencia histórica que se inició hace tres décadas"- y los actores y herramientas determinantes en esas revueltas.

Frente a tantos especialistas empeñados en vendernos su visión, el autor recoge lo esencial de los principales autores, lo sistematiza y va dejando caer, con la suavidad del chirimiri, las claves de una revolución con mil caras, desde las más pacíficas a las más violentas, sin una hoja de ruta clara que alumbre el camino. A quienes, ante los gravísimos conflictos que se viven hoy en todo el arco de la sacudida, desde Túnez a Siria, pasando por Libia, Egipto y Líbano, dan por fallida la revolución o imposible la transformación, recomienda paciencia. ¿Es posible imaginar un cambio si cambios en Túnez y Egipto?, se pregunta. ¿Es imaginable que la Casa Real (palacio) se empecine en Marruecos con su transición en dosis homeopáticas después de otorgar una nueva Constitución? ¿Puede Libia sumirse en pugnas tribales inacabables después de enterrar a los muertos de la guerra civil? ¿Acaso la monarquía jordana puede zanjar el riesgo de crisis social con reformas cosméticas? ¿Puede Argelia mantenerse al margen de todo, parapetados los militares tras el mito de la liberación mediante el alzamiento contra Francia de hace más de medio siglo?

Apoyándose en los mejores expertos, a veces mediante entrevistas personales, Garrido desemboca, con Naïr, en el laicismo como el ojo -él lo llama "el nudo gordiano"- del vendaval.