Image: Ciudades de cine

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Ensayo

Ciudades de cine

Francisco García Gómez, Gonzalo M. Pavés (cords)

18 julio, 2014 02:00

Audrey Hepburn y Gregory Peck en Vacaciones en Roma

Cátedra. Madrid, 2014. 534 páginas, 25 euros

Ciudades de cine se erige como el libro más completo e interesante de cuantos, en los últimos diez años y con regular cadencia, se han venido ocupando del asunto que su título nombra de forma directa. Las ciudades del mundo no son, obviamente, meros escenarios de las películas. Muchas de ellas tienen una identidad arquitectónica, social y cultural, contienen iconos reconocibles, excitan el imaginario colectivo en determinadas direcciones y han consolidado sus propios tópicos de todo tipo. El cine ha contribuido en gran manera -como antes la literatura y la pintura- a la creación de visiones arquetípicas de las ciudades, interactuando con ellas, confirmando y retocando el punto de vista sobre ellas que ellas mismas son capaces de producir por otros medios. Esas visiones, con frecuencia y en cada caso, van asociadas a géneros, estilos y movimientos cinematográficos, según se recoge en el transversal e imprescindible estudio introductorio y según se recuerda en muchos de los ensayos de este libro.

Los profesores Francisco García Gómez y Gonzalo M. Pavés -con varios antecedentes en la investigación de la materia de esta obra- han coordinado el trabajo de 31 especialistas, en su práctica totalidad procedentes del ámbito académico. Imposible citarlos a todos -opto por no citar a ninguno- e imposible, igualmente, valorar por separado sus ensayos, que eso son, ensayos con diversidad de matices, pero que coinciden en poner en juego, junto a una buena escritura, no sólo los resortes estéticos y conceptuales de la crítica cinematográfica, sino el aparato histórico, social e, incluso, político que da la debida densidad y profundidad a sus estudios. Estamos muy lejos de una mera filmografía anecdóticamente comentada de las ciudades contempladas. Y estas ciudades, para satisfacer la lógica curiosidad del lector de esta reseña, son las siguientes 29 por orden de aparición: Barcelona, Berlín, Bombay, Buenos Aires, El Cairo, Estambul, Hong Kong, La Habana, Las Vegas, Lisboa, Londres, Los Ángeles, Madrid, México D.F., Moscú, Nueva York, París, Pekín, Río de Janeiro, Roma, San Francisco, Sevilla, Shanghai, Sidney, Tánger, Tokio, Venecia, Viena y Washington D.C.

Está claro que con sólo nombrarlas, amén de apuntar hacia la exhaustividad de la obra, entran en acción las salivales del lector culto, cinéfilo y viajero, que puede echar en falta ciudades de su predilección y con amplia filmografía -Chicago y Nápoles, por poner dos ejemplos-, pero que comprende, y más a la vista de tan buena selección, que quizás otro futuro volumen pueda acoger a las que faltan en éste. Y todavía se podrían citar ausencias. En tal sentido, y a modo de sugerencia para otro empeño, en este libro están presentes Barcelona, Madrid y Sevilla. En las últimas décadas, el hoy maltrecho apoyo de las televisiones autonómicas y otras circunstancias han ampliado muy significativamente la filmografía ya existente sobre las ciudades españolas.

El libro se completa con tres trabajos muy oportunos sobre "Las ciudades de la Antigüedad", "Las ciudades fantasma en el western" y "Las ciudades imaginarias" -principalmente las ciudades del futuro del cine fantástico y de ciencia-ficción-, lo que sirve, entre otras cosas, para acoger el campo de las ciudades que, reales o inventadas, han sido recreadas y mostradas principalmente mediante la construcción de decorados, aspecto éste que también se señala, cuando procede, en cada capítulo del libro.

El volumen cuenta con numerosas fotografías -¡quien no hubiera querido más!-, puestas en página en conexión y cercanía con el texto que ilustran. Este no desdeñable valor documental del libro no se amplía, por desgracia, con el siempre necesario índice de títulos citados. Habría ocupado, ciertamente, muchísimas páginas y habría encarecido, por tanto, el precio de venta, pero una de sus muchas utilidades -como instrumento de consulta- estaría muy reforzada. Del mismo modo, se echan de menos acaso tres o cuatro líneas de referencia biobliográfica de cada uno de los autores.