Image: Marco Rubio y la hora de los hispanos

Image: Marco Rubio y la hora de los hispanos

Ensayo

Marco Rubio y la hora de los hispanos

María Ramírez y Eduardo Suárez

5 febrero, 2016 01:00

Marco Rubio. Foto: Latin News

Debate. Barcelona, 2016. 224 páginas, 20'90€, Ebook: 9'90€

Recuerdan los autores que en las elecciones presidenciales de 2012 "votaron más hispanos que nunca": 11 millones, esto es, el 8,4% del censo. Además, constituyen la minoría que crece a mayor velocidad en Estados Unidos: hoy son más de 23 millones de personas.

Por todo lo dicho, Marco Rubio y la hora de los hispanos no es sólo una biografía del candidato a la nominación republicana para las presidenciales de 2016. Es mucho más: es el retrato sociodemográfico de Florida; la disección de influencia que los hispanos ejercerán en la sociedad y política americanas; y más concretamente, la evolución del lobby cubano durante algo más que el último medio siglo. Aparte es también, y eso lo eleva a la altura del mejor reportaje periodístico, un recorrido por los entresijos de la política americana: primarias, pequeñas corruptelas, líderes más o menos vistosos…

Eduardo Suárez y María Ramírez han sido corresponsales en Estados Unidos -además de en diversas capitales europeas-. Tienen experiencia, disfrutan mucho de su profesión y escriben muy bien. Conviene subrayarlo para aquel que perezosamente contemple lejano un aspecto singular -en ningún caso menor- de la política americana: ¿Marco Rubio? ¿Florida? ¿Cubanos en Miami? Lean. Hay pulso, mucho movimiento e influencias de periodistas que forman parte de la historia del reporterismo. Han visitado los lugares que ha pisado Rubio. Han rastreado sus huellas, han entrevistado a protagonistas y husmeado en archivos y bibliotecas. Han trazado un perfil de un candidato "inexperto" que gracias a los azarosos vericuetos y meandros por los que discurre la oportunidad política podría llegar a ser el candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos. Curiosamente, para ello compite con Jeb Bush, uno de sus valedores aunque no el primero. La distinción de mentora la reivindica Rebeca Sosa, que fue alcaldesa de West Miami, donde Rubio comenzó su carrera como concejal. Eso sí, Bush le dio 50 dólares para su primera campaña.

Los hispanos todavía no están muy metidos en la harina de la participación electoral y se muestran apáticos. Sin embargo, demócratas y republicanos saben que su papel no será de meros espectadores. Desde hace una década, los candidatos toman posiciones respecto de ellos. No sólo Texas (desde donde concurre otro republicano de origen cubano, Ted Cruz), California o Florida tienen representantes latinos.

Se acerca, por tanto, la hora de los hispanos. Aquí tienen a Marco Rubio, que cometió un desliz innecesario: sofisticar su biografía como hijo de exiliados. No fue así exactamente. Sus padres llegaron a Miami tres años antes de que Castro tomara La Habana. "Coqueteó" con el Tea Party y tiene trazas de ser un candidato muy de aparato de partido casi al estilo europeo. Con sus defectos y virtudes, Rubio se parece a la nueva América, más que Ted Cruz. Los republicanos no encuentran su Obama. El tiempo apremia.