Image: Muerte en el gueto

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Ensayo

Muerte en el gueto

Jill Leovy

1 abril, 2016 02:00

Jill Leovy. Foto: Steve Schofield

Traducción de E. Odriozola y M. Malo Capitán Swing, 2016. 380 páginas, 22 €

Un monstruo está devorando Estados Unidos. No es un animal prehistórico como Gozilla, ni un Frankenstein de desechos reciclados sino algo mucho peor, engendrado de violencia e indiferencia. Aunque los varones afroamericanos sólo suponen el 6 por ciento de la población estadounidense, su índice de homicidios supera el 40 por ciento, y apenas un tercio de los crímenes se resuelve. Con todo, lo verdaderamente aterrador, el Monstruo, como lo denomina Jill Leovy en Muerte en el gueto, es la indiferencia del sistema, de jueces, policías y ciudadanos, ante tanta tragedia sin nombre, ante tanta tristeza.

Leovy, ex responsable de investigación de Los Angeles Times, narra como si de una novela se tratara un suceso real, el asesinato de Bryan Tennelle, un joven negro de 18 años, hijo del policía que llega primero al lugar del crimen, y que debe explicar a su familia lo que ha ocurrido en una de las escenas más escalofriantes que recuerdo. Sin pistas ni testigos, la investigación encalla hasta que la asume John Skaggs, un policía comprometido e implacable.

Considerado como uno de los mejores libros de 2015 por el New York Times, Muerte en el gueto arroja una visión inédita y sorprendente sobre esa "zona de guerra" llamada Los Ángeles, donde en los años 90 murieron más jóvenes que en toda la guerra de Irak.