Nos vemos en esta vida o en la otra
Manuel Jabois
10 junio, 2016 02:00Manuel Jabois.
Estas páginas cortan en lonchas el brutal atentado cometido el 11 de marzo de 2004 en Madrid. El eje del relato es Gabriel Montoya Vidal, apodado Baby, también llamado el Gitanillo por los medios de comunicación o el Guaje en su barrio de Avilés. "Delincuente juvenil, traficante de hachís, muy unido a Emilio Suárez Trashorras en vísperas del 11-M. Transportó dinamita de Asturias a Madrid".Las diez explosiones en los cuatro trenes de la red de Cercanías de Madrid mataron a 190 personas. Los heridos oscilaron entre mil novecientos y dos mil cincuenta. A esta masacre hay que añadir un bebé nacido el 10 de mayo de 2004. Falleció a los dos días como consecuencia de las heridas sufridas por la madre. Es necesario añadir también la muerte de Francisco Javier Torronteras. El 3 de abril, su Grupo Especial de Operaciones trataba de detener a siete terroristas escondidos en un piso de Leganés. Tras resistirse a tiros se inmolaron en una explosión y una esquirla de metralla le cortó la femoral. Como narra Manuel Jabois (Sangenjo, 1979) su tumba fue asaltada el 19 de abril. Se trasladó su féretro a un lugar apartado del Cementerio Sur de Madrid y "allí le clavaron una pala en el pecho y un pico en la cabeza. Mutilaron varios de sus miembros. Y le prendieron fuego". Sobre este brutal hecho ha caído el polvo de la indiferencia y el olvido.
Tanto en El Mundo como ahora en El País, Manuel Jabois destaca por sus brillantes e incisivas columnas. Tiene además una capacidad poco frecuente: sumergirse en el detritus humano para emerger y contarlo después con la asepsia del cirujano que sale del quirófano para explicar a la familia lo delicado, pero exitoso, de una operación a corazón abierto. El lector palpa desde la primera página la habilidad de Jabois para penetrar en la vida de un grupo de sociópatas asturianos capaces de cualquier cosa para sobrevivir y triunfar en su ciénaga: capaces de proporcionar los explosivos a los asesinos.
Entre "moros" y gente de mal vivir, Jabois describe a cincuenta y cinco actores con intervención en la masacre. Con hilo cronológico va tejiendo la preparación del 11-M. Plantea una elipse con dos ejes, Baby y Trashorras, delincuente, traficante de drogas, putero, vendedor de explosivos y confidente de la policía. Sobre esa elipse los terroristas van montando el fatal atentado. Un relato próximo y cercano que pone los pelos de punta.