Image: Auge y decadencia de Castilla

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Ensayo

Auge y decadencia de Castilla

Ángel García Sanz

31 marzo, 2017 02:00

Vista de Burgos. Grabado del siglo XVII basado en el dibujo de Jorris Hoefnagel

Crítica. Barcelona, 2016. 330 páginas, 30'90€, Ebook: 12'99€

Hace casi tres años que murió, en plena madurez creadora, Ángel García Sanz (Fuentelcésped, Burgos, 1947 - Segovia, 2014) , uno de los historiadores económicos españoles más influyentes del último cuarto del siglo pasado y comienzos del actual. La mayor parte de sus estudios se centró en Castilla, más precisamente en las comunidades históricas y las ciudades segovianas durante la Edad Moderna, entre los siglos XVI y XVIII.

Sin embargo, nada más lejos del localismo que el trabajo de García Sanz. La aparición en 1977 del libro Desarrollo y crisis del Antiguo Régimen en Castilla la Vieja. Economía y sociedad en Segovia, 1500-1814, reeditado 9 años después, representó un acontecimiento renovador en el mundo de la historia económica. Muchos jóvenes investigadores adoptaron el enfoque y el método seguidos en esta obra, aplicándolo a otras comarcas de Castilla para sacar a la luz el entramado económico y social de sus siglos más plenos y dramáticos.

Tres rasgos han convertido en modélica la obra de García Sanz desde entonces. En primer lugar, el objeto de su trabajo. Salvo contadas excepciones, Castilla la Vieja en la Edad Moderna había sido estudiada desde el punto de vista preferente de las instituciones políticas y financieras. García Sanz trasladó su atención prioritaria al análisis del espacio y la población de la zona, y a los sectores protagonistas de su economía -la agricultura, la ganadería, las manufacturas y el comercio interior y exterior-, así como las relaciones sociales y materiales entre los grupos sociales protagonistas de aquellas actividades, los campesinos, los trabajadores urbanos, la burguesía, los concejos, la nobleza, la Iglesia y los representantes de la Corona.

En segundo lugar -y aquí es obligado mencionar la influencia de su maestro Gonzalo Anes-, las interpretaciones históricas de García Sanz siempre se basan en datos contrastables, producto de una exhaustiva investigación en los archivos administrativos y eclesiásticos, públicos y privados, locales y nacionales, sobre todo el General de Simancas.

Pocos investigadores como él han utilizado, y han dado a conocer, fuentes documentales tan ricas y, en muchos casos, antes desconocidas o desaprovechadas. En tercer lugar, deben subrayarse la tenacidad y el entusiasmo de García Sanz en un quehacer continuo, patente en sus más de 125 publicaciones, en el que no rehuyó la crítica ni la controversia cuando así lo creía necesario, siempre pertrechado por un conocimiento profundo de los datos.

Es preciso resaltar también sus numerosos estudios sobre la culminación y el declive de la ganadería lanar y la Mesta, entre ellos los libros editados junto con Gonzalo Anes y Felipe Ruiz Martín. Además su afán de conocimiento le llevó, más allá de la Edad Moderna, a investigar otras épocas, particularmente la transformación de la economía castellana preindustrial en otra plenamente capitalista en la primera mitad del XIX. Así lo demuestra este libro, editado por algunos de sus más cercanos colaboradores universitarios, que recoge 11 trabajos y un epílogo de Josep Fontana, con quien mantuvo una estrecha amistad hasta el final de sus días.

Debe elogiarse en este volumen obra, ante todo, la elección de su contenido, muy representativo del quehacer científico de García Sanz a lo largo de su vida. Entre los estudios que componen el libro, se incluye su exposición de la agricultura castellana tras la revolución liberal, el dedicado a su villa natal, la burgalesa Fuentelcésped, una síntesis histórica sobre el vino de la Ribera del Duero, y los dedicados al trasfondo político y económico de la construcción de la catedral segoviana, y a las relaciones entre el acueducto y la industria pañera de la ciudad en el siglo XVI.

Pero, sobre todo, destacan aquellos capítulos que iluminan su visión renovadora sobre la economía castellana desde el Quinientos al Ochocientos, sobre los problemas de la Mesta, y sobre una cuestión que le apasionó singularmente en sus últimos años: la creación de un auténtico capitalismo manufacturero y mercantil en algunas ciudades castellanas a lo largo de la Edad Moderna, inclusive el siglo XVIII, lo que plantea nuevas perspectivas que enriquecen y, a la vez, complican la explicación tradicional sobre el auge y la decadencia de Castilla.