Image: Historia del futuro

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Ensayo

Historia del futuro

Amador Menéndez Velázquez

8 septiembre, 2017 02:00

Amador Menéndez Velázquez

Premio Jovellanos. Ed. Nobel. Oviedo, 2017. 272 páginas, 19 €

Del futuro decimos a menudo que ya está aquí. Y este libro trata, precisamente, de hacérnoslo ver. Muchas obras de divulgación se explayan en cuestiones abstractas. No es el propósito de Historia del futuro, panorama de tecnologías al alcance de la mano que hace poco eran un sueño. El progreso tecnológico no es lineal, sino exponencial. Se habla de la segunda era de las máquinas. En la primera nos reemplazaron en el trabajo manual. Ahora su avance penetra en nuestros atributos más preciosos: los intelectuales.

En apariencia con menos implicaciones políticas, los avances tecnológicos afectan a campos que van desde la exploración del universo hasta el micro mundo: la edición del genoma con la superación de enfermedades hasta ahora intratables. El ritmo del cambio se está acelerando y en las próximas décadas se pueden producir más novedades tecnológicas que en toda la historia de la humanidad. La tecnología crea tecnología. El futurista Ray Kurzweil lo llama "ley de los rendimientos acelerados".

El ganador del premio internacional de ensayo Jovellanos, Amador Menéndez Velázquez (Oviedo, 1969), que pasó de estudiar química en la universidad de Oviedo al instituto tecnológico MIT de Massachussets, nos adentra por un territorio de maravillas. Algunas, como los "nanomateriales cero-dimensionales" son capaces de curar la artritis reumatoide o destruir las células cancerígenas. Los "puntos cuánticos", también llamados "átomos artificiales", sirven tanto en la medicina como en las celdas solares fotovoltaicas. Los "fullerenos" mejoran la acumulación de hidrógeno y ayudan al desarrollo de este combustible ecológico.

Nos lleva de la mano a conocer a investigadores punteros del MIT. Como Paula Hammond y sus trabajos sobre la aplicación de tecnologías derivadas de la utilización de nanotubos de carbono. A Gerbrand Ceder, que predice que un teléfono móvil podrá cargarse en segundos dentro de poco y un coche eléctrico en minutos utilizando nanofosfatos de litio. Robert Langer, por su parte, inventa fármacos anticancerígenos entre la ingeniería, la ciencia de los materiales y la biotecnología, que inciden sólo en el tumor y evitan efectos nocivos. Este científico, padre de la ingeniería de tejidos, ha conseguido crear novedosas técnicas y biomateriales para el crecimiento controlado de tejidos y órganos. También ha desarrollado algo parecido a una piel artificial que nos protegerá de las heridas y del envejecimiento. En el laboratorio de Biomecatrónica, está Hugh Herr al frente. No sólo es un científico, es también un paciente. Perdió las piernas en un accidente de montaña y sus prótesis le permiten llevar una vida que considera mejor de lo normal, puesto que sus piernas artificiales pueden ser actualizadas, lo que no ocurre con el resto de su cuerpo.

También en el MIT estamos en condiciones para espiar los secretos de la madre naturaleza. Animalitos como el Gecko son sometidos a escrutinio. La adhesividad de su pie, que no depende de ninguna composición química sino de la geometría de sus cerdas, podrían revolucionar todas las tecnologías que se relacionen con la adhesión. Trabajan con abalones y anguilas, pero también con microbios. "En el futuro, los virus serán nuestros obreros", afirma la investigadora Angela Belcher.

Historia del futuro es un libro sensatamente optimista, que no elude temas espinosos. Uno de los más controvertidos se refiere al Gran Hermano del Big Data. La minería de datos será el petróleo del futuro. La consultora McKinnsey estimó que el valor potencial de los datos abiertos o "libres" (Open Data, en inglés) se sitúa entre los tres y los cinco trillones de dólares al año. Otro es la predicción de que la automatización dejará sin empleo a un 80 por ciento de la población mundial. El autor recuerda que estos pronósticos ominosos también se superaron en el pasado. En caso de desajuste, dice, quizás sea conveniente una renta básica universal.

El futuro que está aquí es esperanzador. Estamos a las puertas de una segunda "revolución verde" en la que la tecnología derrotará el hambre en el planeta. Las soluciones son producto de nuestra mente colectiva. En cierto modo los humanos somos ya un "superorganismo" gracias a las tecnologías de la información y comunicación que facilitan la conectividad de hombres y máquinas dentro de un cerebro global.

¿La superinteligencia nos llevará a solucionar los peores problemas de la humanidad, desde la salud al cambio climático? Leyendo este volumen de Amador Menéndez parece posible.