Image: Cuba en la encrucijada

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Ensayo

Cuba en la encrucijada

Doce perspectivas sobre la continuidad y el cambio en La Habana y en todo el país

15 septiembre, 2017 02:00

Foto: Archivo

Leila Guerriero (Ed.). Traducción de Ana Mata. Debate. Barcelona, 2017. 272 páginas. 18,90 €

El libro editado por Leila Guerriero presenta doce visiones distintas sobre la actual situación cubana. La mayor parte pegadas al terreno, producto de vivencias personales y muy próximas a la cotidianidad. Ellas transmiten una visión muy matizada, contradictoria a veces, de los dilemas de la sociedad cubana y también una forma de entender lo que está ocurriendo y lo que puede ocurrir mañana en la Isla.

Sin embargo, si el lector espera obtener con su lectura las claves para desentrañar la coyuntura política y económica puede llegar a frustrarse. Éste no es el objetivo de Cuba en la encrucijada, aunque algunos autores dan ciertas claves de los cambios producidos a partir de la desaparición de la Unión Soviética y como consecuencia del llamado "período especial", del relevo de Fidel Castro por su hermano Raúl, de la normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos o de la muerte de Fidel. Pero esto solo para contextualizar determinados relatos o historias personales y no para ser el hilo conductor de una obra con otros propósitos.

Lo que distingue al conjunto de la obra es el conocimiento directo de la realidad cubana por los autores, bien porque son cubanos que viven en Cuba o vivieron allí en algún momento, pero con una presencia constante, o bien porque son extranjeros con largos períodos en la Isla o aún viven en ella. Pero todos ellos transmiten una visión original de los grandes desafíos cubanos.

Precisamente este toque de cercanía, de proximidad, le da un valor excepcional a ciertos capítulos muy bien escritos. En todos, sin embargo, salen a relucir algunos de los principales problemas que de forma cotidiana afrontan los cubanos de a pié para sobrevivir. La condición de la mujer, el juego de pelota (beisbol), el ballet del cabaré Tropicana, la gestión de una librería (prohibida primero, legal después), el juego y la lotería clandestina (la Charada china o Chiffá), las peripecias de un actor o la prostitución son algunos de los caminos a recorrer para poder interpretar la Cuba de hoy.

Así, la vida cotidiana es una constante lucha por "resolver". Siempre hay algo que resolver para comer, para mantener a la familia, para llegar a fin de mes. Uno de los atajos seguidos por muchas cubanas y cubanos es el jineterismo, el comercio sexual con los extranjeros, una práctica que terminó siendo tolerada por las autoridades dada su extensión. En este contexto la mujer juega un papel especial, con muchos de sus derechos garantizados. Es cierto que la sociedad cubana es sumamente permisiva y que el aborto está generalizado. Pero, al mismo tiempo, y esto es quizá más significativo, la presencia femenina en los órganos de dirección del Estado y del Partido es mínima, por no decir insignificante. Esto ha llevado a Wendy Guerra a hablar del "machismo-leninismo" existente en Cuba.

Hay varias constantes en prácticamente todos los capítulos, comenzando por la enorme herida que supone la migración y el exilio. Siempre salen a relucir los cubanos que viven fuera, pero que de una u otra manera siguen en contacto con los suyos. Como dice Iván de la Nuez, inclusive casi todos los viejos revolucionarios "tienen hijos o nietos en Miami", a tal punto que la pulsión entre partir o quedarse es prácticamente generalizada.

La segunda nota importante es la omnipresencia de un cierto fatalismo, "aquí nunca sucede lo que uno espera que ocurra", acompañado de un sentimiento claustrofóbico provocado en parte por la insularidad, pero también por las condiciones políticas (la sensación de estar viviendo en una cárcel). Desde esta perspectiva el transcurrir del tiempo es un problema: "Los papas y los presidentes vienen a ver a Cuba y luego se marchan y se olvidan de nosotros. Pero para nosotros no cambia nada. Aquí estaremos siempre. En la misma Cuba, la misma ruta, la misma lucha de siempre". Es este fatalismo el que condiciona la encrucijada en que se encuentra Cuba y el futuro de su gente y el que pretende transmitir, con excelentes trazos y argumentos, el conjunto de este libro.