Image: La tribu. Retratos de Cuba

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Ensayo

La tribu. Retratos de Cuba

6 abril, 2018 02:00

Retratos de Cuba. Foto: Lina Marcela Ruiz

Carlos Manuel Álvarez Rodríguez. Sexto Piso. Madrid, 2017. 259 páginas, 19,90 €.
El cambio constitucional en Cuba. Rafael Rojas, Velia Cecilia Bobes y Armando Chaguaceda (coord.). FCE. Madrid, 2017. 256 páginas, 19 €

Rafael Alcides, el mayor poeta cubano vivo, que lleva penando desde hace décadas el inxilio más prolongado de la literatura nacional, escribió un poema después de su salida de la Unión de Escritores y Artistas Cubanos (UNEAC) en 1970, recogido por Manuel Álvarez que dice: "El pasado y el porvenir pasaron ya. / Todo lo que tuvimos lo perdimos / y era más de lo que se podía tener". Es un canto a la tristeza y la desesperanza presentes en las más diversas manifestaciones de la vida cotidiana. Las recoge también Ray Fernández, un original "trovero", en un fragmento de su canción El Bucanero: "olvídense del tesoro / porque perdimos el mapa".

La falta de futuro, la frustración por no tenerlo, o la dificultad de lograrlo, están presentes en las dos obras sobre Cuba aquí reseñadas. La de Rojas, Bobes y Chaguaceda es más académica y se centra en su sistema político y la necesidad de reformarlo. La de Álvarez, tejida con una serie de retratos vibrantes de la realidad cubana. Ambas muestran la estrecha conexión entre la sociedad interior y la diáspora, no sólo presente en Miami o España, sino extendida por todo el continente americano, si bien Estados Unidos sigue atrayendo a decenas de miles de cubanos al año. Como dice Álvarez: "Miami, económicamente próspera, en constante crecimiento, es el mayor logro urbanístico de Fidel".

El diálogo también se extiende entre el exilio interior y el exterior. El mismo Alcides, después de que su mujer y uno de sus hijos salieran de Cuba, a principios de los 90, compuso Carta a Rubén: "Pero nosotros, / nosotros los solos, / los tristes, / los luctuosos / ¿en qué patria estamos ahora?... / ¿La patria, lejos de los que se ama?… / Donde se vive entre paredones y cerrojos / también es el exilio".

Si El cambio constitucional comienza analizando la coyuntura abierta con la muerte de Fidel Castro, La tribu termina en ese momento, marcando un antes y un después. Un después cargado de incertidumbre, como se entrevé en la obra de Rojas, una especie de provocación que busca instalar en la agenda de la Cuba post castrista la necesidad de reformar una Constitución lastrada por el estalinismo. Como apuntan los coordinadores, "Cuba ha quedado al margen del nuevo constitucionalismo latinoamericano". Y no sólo porque la Constitución cubana de 1976 abrevó de la Constitución soviética de 1936, sino también porque las reformas posteriores siguen insistiendo en el carácter irreversible del socialismo como sistema político nacional.

La historia del constitucionalismo cubano, los problemas de su ordenamiento actual y las necesidades de reformarlo jalonan un trabajo colectivo de diversos autores cubanos que viven fuera de su país. Álvarez, por su parte, comparte su tiempo entre el afuera y el adentro, lo que le permite pintar unos frescos de la realidad cubana cargados de realismo. Hay historia de perdedores, como aquellos que se dedican a escarbar en la basura del mayor vertedero de La Habana. También vemos héroes a medias, como el pitcher de béisbol que después de triunfar en las Grandes Ligas de Estados Unidos regresa a su país.

La visión de Cuba que transmite Álvarez es descarnada. De alguna manera refleja unos nichos de libertad recién abiertos pero que no están al alcance de todos. A través de ella vemos cómo el tiempo da testimonio del fracaso de la Revolución y del olvido de sus objetivos fundacionales: "Los sesenta fueron los años del hombre nuevo. Los setenta, la supuesta consumación de ese supuesto hombre nuevo. Los ochenta, las primeras erosiones del hombre nuevo. Los noventa, el derrumbe abrupto del hombre nuevo. Los dosmil, el cadáver danzante del hombre nuevo. Y esta segunda década del XXI, el hombre que ya no importa si es nuevo o no, sino simplemente que sea".

En definitiva, dos libros importantes para entender dos perspectivas distintas, pero complementarias de Cuba. De su pasado, su presente y su futuro. De los retos que tiene por delante para remontar una situación desesperada y sin salida. Conocer a Cuba es quererla y los espléndidos relatos de Álvarez, como el ensayo de Rojas, Bobes y Chaguaceda, transmiten no solo conocimiento sino también un profundo amor por Cuba y los cubanos.

@CarlosMalamud