Image: Y llegó la barbarie

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Ensayo

Y llegó la barbarie

José Ángel Ruiz Jiménez

20 abril, 2018 02:00

Manifestación serbia ante el Parlamento de Kosovo

Ariel. Barcelona, 2017. 456 pp., 19,90 E. Ebook: 10,99 €

La desintegración de Yugoslavia. Carlos Taibo. La Catarata. Madrid, 2018. 240 pp., 14,50 E. Ebook: 9,99 E

Ninguna de las ex repúblicas yugoslavas está entre los diez conflictos que Foreign Policy aconseja vigilar de cerca en 2018. Más: el Council on Foreign Relations de Nueva York sitúa los Balcanes en vigesimotercer lugar en su lista de las guerras, crisis y/o conflictos más graves del planeta hoy.

El asesinato del dirigente serbo-kosovar Oliver Ivanovic, el 16 de enero, frente a su despacho en Mitrovica, la ciudad-frontera entre musulmanes y serbios de Kosovo, y el boicot del tribunal especial de la Haya para Kosovo por las autoridades de Pristina son sólo dos ejemplos de lo lejos que estamos aún de la reconciliación soñada. Las democracias occidentales apenas reaccionaron al fallido golpe prorruso en Montenegro de 2016, a la provocación del tren propagandístico serbio detenido en la frontera de Kosovo en 2017, a las protestas masivas en las últimas presidenciales de Serbia o a la crisis constitucional de Macedonia. Durante los últimos veinte años, desde los acuerdos de Ohrid de 2001, que pusieron fin a la insurgencia albanesa en Macedonia y, al menos sobre el papel, al último de los enfrentamientos armados, los Balcanes occidentales han dejado de ser una prioridad de la Unión Europea y de la OTAN.

En Y llegó la barbarie. Nacionalismo y juegos de poder en la antigua Yugoslavia, y en La desintegración de Yugoslavia, los profesores José Ángel Ruiz Jiménez y Carlos Taibo muestran, desde tiempos, perspectivas y experiencias muy diferentes, los riesgos de ignorar lo que está sucediendo en el sureste de Europa tras la desintegración violenta de la antigua Yugoslavia.

Desde diciembre sólo en la Facultad de Ciencias de la Información de Madrid se han defendido dos tesis doctorales sobre las guerras de los Balcanes: Enfoque informativo de los conflictos yugoslavos: el sesgo español, de Jelena Arsic, y Kosovo: la primera operación de ataque de la OTAN. Información y propaganda…, de Laura Pérez Rastrilla. No es casualidad este interés. "No tuvimos juventud, pero tuvimos Vietnam", solía repetir Manu Leguineche cuando le preguntaban por los grandes conflictos de su generación. "Yugoslavia es la guerra de mi generación", explica Ruiz Jiménez.

En los dos libros y en las dos tesis doctorales citadas se explican las raíces, las causas, la evolución, los actores (locales, regionales e internacionales), los intereses en juego, las incontables mentiras y las profundas cicatrices de la destrucción de Yugoslavia entre 1991 y 1999. Taibo desde el análisis político, Ruiz Jiménez desde el historiográfico y Arsic y Pérez Rastrilla desde el análisis de la información coinciden en la descarada manipulación de lo que sucedió. Hoy que tan de moda están la mentira y la desinformación -fake news-, la lectura de estos cuatro trabajos muestra que no estamos descubriendo nada nuevo, salvo la facilidad para propagarlo que ofrece internet.

Remontándose al siglo XIX, en 435 páginas, sin contar bibliografía e índice -más que una obra sobre historia, una obra sobre lo que hacemos con ella- Ruiz Jiménez señala que "la exYugoslavia -con la excepción eslovena y quizá montenegrina- está desde el fin de la Guerra Fría en una dinámica de posguerra, pero no de posconflicto". "Aunque los fusiles se hayan silenciado, todavía existen enormes tensiones en diversos frentes, sobre todo entre las tres comunidades de BiH (Bosnia y Herzegobina) y entre la población albanesa y eslava de Macedonia y Kosovo", añade. (p. 433). En once capítulos -dos de nueva elaboración, el de Macedonia y el último, de conclusiones-, Taibo recupera la edición de 2000, en la certeza de que "los conflictos yugoslavos siguen abiertos".

¿La, en su día tan aplaudida, paz de Dayton fue una solución o una pausa? Con la perspectiva de los 22 años transcurridos, ¿se puede calificar de éxito? ¿Dónde empieza y dónde termina la responsabilidad de las grandes potencias en las matanzas de los Balcanes? ¿Hasta qué punto Occidente (OTAN y UE) transformó torticeramente a un grupo terrorista como el UCK albano-kosovar en víctima de un genocidio y/o limpieza étnica (que en Kosovo nunca existieron) para doblegar a Serbia y justificar objetivos que poco o nada tenía que ver con los Balcanes? No hay respuestas simples, pero si algo dejan claro los estudios citados es que las que han dominado el discurso político, periodístico y de muchos académicos en nuestras democracias son falsas.