Image: La tiranía sin tiranos

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Ensayo

La tiranía sin tiranos

David Trueba

28 septiembre, 2018 02:00

David Trueba

Anagrama. Barcelona, 2018. 96 páginas. 8,90 €

En La tiranía sin tiranos David Trueba (Madrid, 1969) ahonda en las carencias de nuestra sociedad y se cuestiona cuántos de sus males son achacables a nosotros mismos. Y son muchos. Asegura el cineasta y escritor que "nunca ha experimentado el mundo tantos avances, nunca ha habido tanta esperanza de vida, solidaridad y ternura. Si nos sorprende el abandono que afecta a una parte de la población lo achacamos al tamaño ingestionable del planeta. Pero incluso las existencias más acomodadas se deterioran entre muestras de un individualismo creciente". Esta premisa comienza a destapar la tesis que defiende este pequeño volumen de ensayos.

Centrando su óptica en nuestro país, tan representativo del mundo como cualquier otro, Trueba empieza con el diagnóstico: egoísmo exacerbado, individualismo extremo, falsa ternura, hipocresía social y colectiva, ansia por lo inmediato… El escritor se explaya sobre todos estos aspectos con una perspectiva realista, en ocasiones fatalista, pero donde también late cierta confianza soterrada en el cambio sustancial. Sin embargo, hoy por hoy vivimos en "la era de la exageración" y ya no somos seres humanos, "sino consumidores".

Trueba ahonda en las carencias de nuestra sociedad y se cuestiona cuántos de sus males son achacables a nosotros. Y son muchos

En principio se podría decir que estamos inmersos en la sociedad soñada. Derechos de todo tipo para cualquier ciudadano, esperanza de vida, espacios para reconocer todas las singularidades, democracia… Pero, como denuncia Trueba, en esta sociedad aparentemente igualitaria acabamos siendo elementos procesados, estadísticas de consumo. Aquellos que manejan grandes intereses políticos y económicos han conseguido exprimirnos uno a uno. Pero quizá no sean ellos los tiranos, sino que somos nosotros mismos quienes asumimos tal condición :"Separados somos menos fuertes, somos realmente vulnerables, acabamos convirtiéndonos en nuestros propios esclavizadores".

El libro termina aludiendo a una conocida máxima del póquer: si sentado a la mesa no das con el pardillo a quien desplumar, es que ese pardillo eres tú. Trueba establece una analogía que, como si fuera un espejo, nos enfrenta directamente con su texto. "Puede haber una tiranía sin tiranos, porque el mundo siempre contiene tiranteces, pero cuando no das con el tirano de manera clara, el tirano eres tú".