"Convenceos, marineros, no existen los monstruos" rugía el capitán Feroz cuando su atemorizada tripulación le suplicaba cambiar el rumbo de la fragata ante la amenaza de la existencia de terribles bestias enla isla del tesoro. Sin embargo, la codicia regía el destino de este fiero pirata que, obcecado por los prometidos tesoros, no se daba cuenta de cómo el vigía, el oficial, el cocinero… iban desapareciendo del barco, hasta que se vio solo en medio de una playa llena de piedras preciosas. Sobre el sorprendente final del bucanero nada queremos adelantar, pero tanto el tono burlón del texto rimado -ideal para leer en voz alta-, como las magníficas ilustraciones de este animalario convertido en tropa corsaria harán las delicias de los más pequeños.Emmet y Bernatene vuelven a formar un sólido tándem después del éxito de La princesa y la cerdita para edificar este divertido álbum en el que la contienda se lidia entre los malos de cuento.