El banquete
Orazio Bagnasco
21 febrero, 1999 01:00Sea como fuere, Orazio Bagnasco gusta de trufar esta sencilla novela de intrigas palaciegas y cortesanos maliciosos de referencias cultistas que lastran cuando no llegan a poner de los nervios el lector ansioso por saber si además de Iujosas descripciones, costumbrismo y lecciones de historia sobre la boda entre Isabel de Aragón y Gian Galeazzo Sforza se esconde algo más que un tapiz de emociones un tanto cursis y muchas recetas de cocina del XVI.
La novela de detectives localizados en épocas del pasado más o menos remoto tienen distintos precedentes notorios, uno tan cercano como El nombre de la rosa de Umberto Eco, cuyas secuelas y efectos eruditos se siguen padeciendo después de tantos años de su aparición en el mercado. Aunque lo más adecuado sería citar las novelas de Ellis Peters, pongamos Un cierto sabor a muerte, cuyo detective, Fray Cadfael, es un monje benedictino del siglo XII dedicado como esos maravillosos personajes ingleses de las novelas de intriga que ejercen de detectives improvisados y acaban por descubrir los crimenes de su abadía y al asesino, en el estilo tradicional "whodunit" de Agatha Christie.