Novela

La concesión del teléfono

Andrea Camilleri

16 mayo, 1999 02:00

Traducción de J. C. Gentile Destino. 279 pag, 2.300 pts

E n estos tiempos de navegaciones procelosas en los mares de internet, casi no recordamos que apenas hace un siglo la comunicación por vía telefónica era un privilegio muy restringido, cuyo disfrute podría, en un pueblo de la Sicilia del XIX, levantar las sospechas más terribles de la Administración, así como complicar la existencia del ingenuo demandante. Situada en los comienzos de la unificación italiana, contemporánea a las novelas de Lampedusa, esta narración nos remite al irónico reverso de ese mundo plasmado con nostalgia y grandeza en El gatopardo. El daguerrotipo ofrecido por Camilleri, con una habilidad formal que elimina al narrador tradicional, es el esperpento de una sociedad y de un sistema administrativo que limita con el absurdo y la hipocresía total.
Utilizando el intercambio de misivas "administrativas" entre los distintos personajes que entretejen esta hilarante novela "epistolar", Camilleri estructura su narración de una forma muy atrevida, haciendo de esa "recopilación" de cartas escritas con el estilo ampuloso, desmedido y descaradamente adulador, propio de la grandilocuencia al uso en la Italia finisecular, materia artística y de certero humor, demostrando cómo el lenguaje administrativo, ridículamente florido, así como sus lugares comunes, pueden llegar a caracterizar psicológicamente a unos personajes, configurar una trama, que comienza con la inocente petición de un teléfono de uso privado por parte de un ciudadano de un imaginario pueblo siciliano, y mostrarnos una acción. Se alterna lo "escrito", cartas y recortes de periódicos, con la transcripción del discurso hablado de varios de sus protagonistas, y por acumulación, el sarcasmo produce un "crescendo" en la risa del lector. Son las palabras y el mundo de los equívocos que provocan, las que mueven los hilos de ese tablado de marionetas que Camilleri tan certeramente nos brinda.