Novela

¡Mercedes, Mercedes!

Torcuato Luca de Tena

16 mayo, 1999 02:00

Planeta. Barcelona, 1999. 258 páginas, 2.400 pesetas

Luca de Tena anuncia en la "Advertencia preliminar" que ¡Mercedes, Mercedes! "no es una novela de guerra sino de amor" y tiene razón, aunque la guerra es quien inicia y define toda la trayectoria presente y futura de los personajes

T orcuato Luca de Tena anuncia en la "Advertencia preliminar" que ¡Mercedes, Mercedes! "no es una novela de guerra sino de amor" y tiene razón, aunque la guerra es quien inicia y define toda la trayectoria presente y futura de los personajes que en ella se mueven. No es una novela "de guerra" al modo de Por quién doblan las campanas, de Hemingway; sin embargo, en la obra del narrador norteamericano, el amor de Roberto y María redobla de tal manera que no sabemos al final si es una novela de amor dentro de una guerra o viceversa. En el caso de ¡Mercedes, Mercedes!, los protagonistas, dibujados con trazos de extrema delicadeza, parecen envueltos en fina gasa sobre el fuerte tono del telón de fondo.
Al escoger ese fragmento de la historia real española que abarca de 1936 a 1939, con la guerra civil en su apogeo, los seres que en ella viven, aman, sufren y mueren, caben en la clasificación de lo que Umberto Eco llama "Romance" (sic): "Desde el ciclo bretón hasta Tolkien, incluida la novela gótica. Viaja al pasado como escenografía, pretexto, construcción fabulosa para dar rienda suelta a la imaginación".
Es en la guerra donde Encarna Vázquez, embarazada de ocho meses, colabora como enfermera al lado de su marido, médico militar, y también es la guerra la responsable del fin de este último, que muere fusilado. Encerradas en un sótano bajo el feroz bombardeo, Encarna pierde a una amiga recién parida de una niña, mientras nace su propio hijo prematuramente. Al ser rescatada se encuentra con dos cadáveres: el de la amiga y el de un niño varón. Sólo vive la niña. Y Encarna se la apropia. De la guerra viene su segundo marido y es por la guerra por la que Mercedes, hija legítima del conflicto, nos sobrecoge con un final bastante inesperado, pero predecible al plantearse el conflicto amatorio desde la perspectiva ético-filial. En fin, que a pesar de la aclaración de Luca de Tena la guerra en este libro es definición y no simplemente escenografía.
El delicado tratamiento del lenguaje y las situaciones coloca definitivamente esta novela en el ámbito de la narrativa romántica, con lejanas remembranzas de Jorge Isaac y el colorido, a veces gris, de la época en que se desarrolla queda marcado de tal forma que llega por instantes a cobrar mayor relevancia que las figuras que en ella se manifiestan.
Torcuato Luca de Tena, escritor sólido, con una obra más que reconocida dentro y fuera de España, a veces juega con el oficio adquirido y nos sorprende con interpolaciones de personas (no personajes) de la "vida real", dándole por zonas un matiz testimonial, no exento de ciertos tintes de crónica de sociedad: "En distintas mesas se sentaban los bellezones de Angelita Pinohermoso y Regina Chávarri [...] Y Diego Prado y Colón de Carvajal, junto a su hermano Julio y Ricardo Codorniu, que se contaban entre los más cotizados de los chicos casaderos, sin olvidar a Toñales Gamazo, que rompió tantos corazones sin quedarse con ninguno. Y Cari Lapique y Natalia Figueroa, hija del marqués de Santo Floro y que tenía en preparación un librito de prosa poemática que ya presagiaba una excelente escritora".
Abundan las citas con versos de Agustín de Foxá, colocados en párrafos en los que sólo un buen verso puede tamizar la complejidad de una situación. El capítulo dedicado a la cacería del general Franco y su cohorte en la propiedad de Encarna Vázquez, casada en segundas nupcias con un héroe del Alcázar de Toledo, está dotado de gracia al descubrir la "lista e indiscreta" Mercedes, definida así por Franco, las trampas que hace el caudillo al cobrar las piezas y el silencio cómplice de quienes le acompañan. Sembrada en "Raíz" (primera parte), "Rama" (segunda) y "Hoja" (final), ¡Mercedes, Mercedes! toma nota a lo largo de la narración de que vale casi todo y brilla, para bien y para mal, en la España de posguerra.