Image: El secreto de Elisa

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Novela

El secreto de Elisa

Adelaida García Morales

2 enero, 2000 01:00

Adelaida García Morales

Debate. Madrid, 1999. 266 páginas, 2.400 pesetas

Adelaida García Morales sorprendió a críticos y lectores en 1985 con la novela corta El Sur, que dio origen a la película de igual título dirigida por Víctor Erice. Aquel año la autora ganó el Premio Herralde con El silencio de las sirenas (1985). Ambas narraciones siguen siendo, después de varias novelas más publicadas, los mejores textos literarios de García Morales. Sus historias se mueven en ambientes de misterio, alucinación y magia que rodean a unos personajes enigmáticos y de perfiles evanescentes. Desde el misterio y la fascinación de El sur hasta la fantasmagoría o las alucinaciones de El secreto de Elisa hay un largo camino -recorrido con altibajos- que va de la ensoñación admirablemente encarnada en la realidad cotidiana hacia la percepción de lo fantástico entroncado con lo sobrenatural.

En la composición de El secreto de Elisa, diseñada en un texto fragmentado en secuencias, confluyen dos acciones que corresponden a dos planos diferentes, ambos situados en un vago presente de los noventa. En el plano real se desarrolla la separación de un matrimonio agostado, tras 28 años de convivencia. Los hijos criados y el descubrimiento de que el marido tiene una amante. Entonces, con 52 años a sus espaldas, Elisa lleva a cabo el sueño de su vida: vivir sola en un pueblo pequeño de Segovia. Para ello elige una casa solitaria. Su existencia retirada es fuente de murmuraciones y recelos en el ámbito reducido del lugar. Con esto se renueva una vez más el contraste entre la vida en el campo frente al anonimato en la gran ciudad. Y pronto, casi desde el comienzo de la novela, surge el plano fantástico, primero en los temores de las gentes del pueblo en relación con aquella casa desabitada en los últimos veinte años, tras la muerte violenta de la madre y el hijo que la ocupaban, y después en los extraños suspiros procedentes de presencias incorpóreas en las alcobas de sus últimos ocupantes. Esta historia fantástica se va desarrollando por aproximaciones bien graduadas en su movimiento climático y completadas con las noticias que Elisa va recabando entre las personas del lugar y con las sensaciones que ella experimenta en la soledad de sus noches en aquella casa. Con lo cual llega a descubrir las circunstancias de la muerte violenta de Encarna y Daniel, su relación de amor-odio entre la madre y el hijo, las misteriosas cualidades de Daniel y su choque brutal con la realidad en su cruel experiencia madrileña. Y así, de un convencional triángulo amoroso en el plano real (Elisa, Gabriel y su joven amante) pasamos a otro tenebroso en el plano fantástico, formado por Elisa, sus visiones fantasmagóricas con Daniel y sus recelos para con Rosario, la muchacha del lugar enamorada de Daniel y testigo de la trágica muerte del hijo y la madre.

Ambos planos están relacionados por diversos elementos que funcionan como nexos o puentes de unión entre uno y otro. Entre los más fecundos cabe resaltar la leyenda que algunas gentes del lugar han echado encima de aquella casa solitaria y abandonada, fama extendida por un grupo de lugareñas vigilantes de posibles ritos diabólicos. Importa mucho poner de relieve el carácter solitario de la protagonista, su condición imaginativa y soñadora alimentada por la lectura de El cuento de nunca acabar, de Carmen Martín Gaite, y de algunas obras de Allan Kardee relacionadas con el espiritismo. Todo esto sumado a ciertos procedimientos de la literatura y el cine fantástico, más la realidad de la fotografía de Daniel y sus cartas a su madre y la presencia de la muerte, arrastran a la protagonista a sus vivencias irracionales en una atmósfera inquietante de suspiros, gemidos, asfixia, angustia y pánico que la llevan al borde de la locura. Pero hay algunos fallos que impiden considerar esta obra como una novela lograda. El mayor está en la inversosimilitud de las relaciones familiares de la protagonista. Y no son justificables numerosas infracciones de la corrección idiomática, además de muchas erratas. Aunque su lectura interesará a mentes soñadoras que necesitan salirse de la anodina existencia diaria.