Novela

Sonánbulo y otras historias

Adrian Tomine

26 abril, 2000 02:00

La Factoría de Ideas. 32 páginas. 325 pesetas

En los últimos tiempos se viene comentando con frecuencia que el cuento se ha convertido en la forma narrativa por excelencia de la literatura norteamericana, de modo y manera que se suceden las tendencias dentro de él. Pues bien, existe una nueva historieta estadounidense que desgraciadamente no goza del interés del gran público, que participa de esa inquietud, y que cuenta con una figura tan sobresaliente como Adrian Tomine, quien, a sus 26 años, está sentando cátedra con su serie "Nervio Optico" dentro del circuito de los autores independientes. Tomine, que estudió literatura inglesa en Berkeley, ha visto cómo su serie de relatos, que nació en 1991 de una forma modesta, apenas 25 ejemplares fotocopiados, y que cobró nuevos vuelos en 1995, a raíz de su acuerdo con el muy inquieto sello editorial "Drawn & Quaterly", era comparada con la literatura del desaparecido Raymond Carver. Decía Carver que él perseguía en el lector la sensación de que algo iba a pasar de un momento a otro a partir del punto en el que, como narrador, había decidido detenerse. Y algo de eso se produce también en las historias de Tomine.Pero, como toda comparación, ésta no sólo es reduccionista, sino inexacta, porque no fue Carver el primero en ofrecernos sólo un fragmento breve, aunque significativo, de sus personajes (hasta Umbral, en su etapa inicial de cuentista, se valía de esa propuesta literaria).

Etiquetas postizas al margen, hay en este joven una capacidad para describir personalidades y diseccionar sus relaciones, perturbadas por una alta dosis de incomunicación, como casi nunca se ha visto en un tebeo. Obligado a definir en una ocasión su serie, dijo que era "honesta, y triste", para añadir: "triste, sí, pero auténtica". Contaminando de frialdad con su dibujo un universo en el que todo está soterrado, Tomine hunde su escalpelo hasta lo más hondo de una sociedad en la que la soledad campa a sus anchas