Novela

El explorador perdido

C. Anker y D. Roberts

13 septiembre, 2000 02:00

Península. Barcelona, 2000 207 páginas, 2.300 pesetas

Cuando alguien le comentaba a Sir Edmund Hillary, primer hombre en coronar el Everest, que George Mallory podía haber alcanzado la cima treinta años antes que él, Hillary contestaba con crueldad: "es posible, pero en todo caso soy el primero que ha alcanzado la cima y ha vuelto para contarlo". Mallory y su acompañante, Andrew Irvine, desaparecieron en la bruma tras ser vistos habiendo superado el difícil escalón que constituía el último obstáculo hasta la cima. No bajaron nunca, pero tampoco se hallaron evidencias del éxito de su ascensión, ni sus cadáveres. Su hazaña constituía, pues, uno de los mitos del Himalaya y uno de los mayores misterios de la historia del montañismo. Mallory había escudriñado la cima antes en dos ocasiones, y en el anterior ataque habían perdido la vida seis sherpas en un alud. Amado por artistas del grupo de Bloomsbury, que admiraban su belleza mientras despreciaban su pasión por las montañas, incomprendido y soberbio, si le preguntaban por qué ese empeño en subir al Everest, contestaba: "porque está ahí".

Hace un año el geólogo alemán Jochen Hemmleb organizó la enésima expedición de búsqueda de los cadáveres de Mallory e Irvine. Esta vez Conrad Anker, alpinista de gran olfato y coautor de este libro, descubrió el cuerpo de Mallory 75 años después del accidente. Del hallazgo vino la reconstrucción de su gesta y la interpretación del suceso. Según Anker, y también según los máximos expertos en Mallory -Tom Holzel y Audry Salkeld (El Misterio del Everest)- los legendarios escaladores no pudieron conquistar la cima. El libro es apasionante y tiene la virtud de conjugar dos mundos y dos épocas en un escenario siempre temible, y plantea nuevos problemas éticos. ¿Debió publicarse la foto del maltrecho cadáver de Mallory en internet?