Image: Casa de amantes

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Novela

Casa de amantes

Lourdes Ventura

4 octubre, 2000 02:00

Plaza & Janés. Barcelona, 2000. 268 páginas, 2.700 pesetas

Casa de amantes constituye una muestra de sustanciales cambios en las relaciones de pareja entre mujeres y hombres en la sociedad española

Las tres mayores novelas de adulterio femenino las escribieron tres hombres en el siglo XIX. Flaubert, Tolstoi y Clarín llevaron a cabo profundas introspecciones psicológicas en el alma herida de sus heroínas. Emma Bovary, Ana Karenina y Ana Ozores vivieron sus insatisfacciones inmersas en sociedades sometidas al tradicional dominio del varón. El siglo XX ha traído la emancipación de la mujer en todos los órdenes de la vida. Así sucede también en la historia de la literatura. Hoy hay más escritoras que hace cien años. Y no hacen falta poderes adivinatorios para esperar que en el próximo siglo la mujer intensifique su presencia en el curso de la literatura aportando su perspectiva y completando la visión masculina, parcial por ser casi la única hasta el siglo XX. En esta línea se sitúa la tercera novela de Lourdes Ventura (Palencia, 1956) con su historia de adulterio femenino ambientada en nuestros días, con la intención de analizar el conflicto desde el punto de vista de la mujer protagonista y con el referente cultural de sus ilustres predecesoras aunque sin voluntad de competir literariamente con ellas.

Casa de amantes desarrolla una historia de adulterio entretejida con otras del mismo signo. Su significado presenta un alcance individual y colectivo al mismo tiempo. Como relato de un conflicto personal, ofrece la explicación de la infidelidad de su narradora y protagonista, cumplidos los treinta años, con su matrimonio varado en la rutina y con una aventura pasional en una ciudad del País Vasco. En cuanto novela de alcance colectivo, la rememoración de Blanca en sus encuentros sexuales con un ejecutivo de una agencia de publicidad entra en relación con otras citas clandestinas que tienen lugar en el mismo apartamento de aquella ciudad norteña alquilado por dos días a la semana. Con lo cual la historia de adulterio es múltiple. La novela extiende su significado al tratamiento de la situación de la mujer en la sociedad actual, con más independencia económica y mayores libertades para decidir la orientación de sus pasos en la vida. A estas dos dimensiones se añade un componente metanarrativo que permite a la narradora discurrir sobre su modo espontáneo de recrear los hechos en una retrospección lineal, con vueltas atrás y pasos hacia adelante y con frecuentes apelaciones a un destinatario plural tenido como lector cómplice.

Como la vida en el tejido social con sus innumerables ramificaciones, la novela pretende dar cuenta de los diferentes meandros por los que pasa este río de seres a la deriva, con sus infidelidades, imposturas y mentiras. Las tres parejas de amantes que se citan en el departamento representan situaciones típicas de las relaciones amorosas en la sociedad presente. La más importante es la formada por Blanca y álvaro, ella con su matrimonio agostado, caracterizada por su capacidad de seducción por la voz (ejercitada en su profesión de muñeca parlante en anuncios publicitarios) y él imbuido en su capacidad de dominio en lo económico, lo social y lo sexual. Otra pareja está formada por las figuras de un escritor y una pintora. Y una tercera responde a la situación repetida del jefe con la secretaria. Las dos primeras están relacionadas entre sí por graves sucesos pasados cuyas secuelas gravitan en el presente. Y de todos estos personajes sólo Blanca y el escritor alcanzan una caracterización psicológica suficiente. Ella por ser narradora de su propia peripecia, con ayuda de otros testimonios que completan su conocimiento de la historia múltiple. Y el escritor por su compleja condición de víctima y verdugo en su relación con la pareja protagonista. Pero el conflicto novelado requería mayor profundización y amplitud de matices, incluso en la pareja principal. Todo se va rememorando deprisa, con algunos tópicos en personajes y situaciones repetidas, salvo el final abierto.

Por lo demás, Casa de amantes constituye una muestra representativa de sustanciales cambios en las relaciones de pareja entre mujeres y hombres en la sociedad española de hoy.