Bajo la lluvia
Miguel Herráez
27 diciembre, 2000 01:00Bajo la lluvia tiene menos de novela policiaca y más de relato irónico de la experiencia política compartida por Germán Tello y otros jóvenes de una célula subversiva en las postrimerías del franquismo. Se estructura en tres partes con explícitas marcas temporales. Entre un comienzo y su conclusión, situados a finales de los ochenta, se desarrolla la peripecia de Tello, su amigo Luis y otros miembros del grupo en una Valencia vigilada después del asesinato de Carrero Blanco. Tello y Luis regresan de Andorra. Nadie los persigue porque su actividad clandestina no tiene mucha importancia. Pero su inseguridad y la consiguiente búsqueda de refugio en aquella Valencia cercada ofrecen buena ocasión para indagar en la escasa entidad de unos jóvenes contestatarios en tiempos de agitación política. El regreso acaba en viaje interior de uno mismo, con Tello en su antigua habitación y un pasado ya ido como se ve más de quince años después en la indiferencia de Luis, que no reconoce a su amigo Germán. Todo ha cambiado. Sólo permanece el motivo recurrente de la lluvia, destacado en el título. Y el sentido de la novela se desplaza de su trama policiaca a la irónica evocación de afanes pasados y a una ensimismada indagación en un presente de concesiones y banalidades.