Image: Primera retrospectiva del escultor Stephan Balkenhol en España

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Novela

Primera retrospectiva del escultor Stephan Balkenhol en España

"El minimalismo me ayuda a contar la historia oculta"

10 enero, 2001 01:00

El Centro Gallego de Arte Contemporáneo acoge desde mañana la primera retrospectiva en España del escultor alemán Stephan Balkenhol. En esta exposición el artista, figurativo y muy vinculado a los preceptos minimalistas, muestra sus personajes cotidianos, sus animales, solitarios o en grupo, y nos habla de su trabajo, de sus influencias (fue alumno y ayudante de Ulrich Röckriem) y de su especial forma de "tallar" la realidad.

En 1984 Stephan Balkenhol defendía que el arte siempre había sido realista; fiel a ese posicionamiento, hoy concibe el arte como vía existencial para obtener una noción de la realidad, una mejor comprensión de nosotros mismos y del tiempo en el que vivimos. Sus tallas en madera, tan actuales y a la vez tan distantes de las tendencias escultóricas de fin de siglo, revelan un interés por el estudio de la figura y su relación con el espacio, en este caso el espacio del Centro Gallego de Arte Contemporáneo (CGAC), que ofrece la primera retrospectiva en España de este artista alemán (Fritzlar, 1957) dueño de una iconografía personal que lo convierte en una de las figuras más destacadas del panorama internacional.

-Como ya se ha indicado en más de una ocasión, por muy extraño que pueda parecer en un principio, sus obras establecen una relación con el arte minimalista; una obra figurativa en la que toma especial importancia el proceso de creación y, sin embargo, que recoge esa especie de freno abstracto cercano al escueto "menos es más".
-Me gusta el enfoque minimalista. No deseo contar muchas historias sino lograr transmitir esa "historia oculta", ésa que tienes que concebir o ingeniar en tu mente, es más interesante. La escultura figurativa en los últimos siglos se utilizó, sobre todo, para ilustrar ideas políticas o religiosas, ideas alejadas del arte en sí. En el siglo XX esta tradición se ha roto, lo que significa una oportunidad para partir de cero.

-Desde que en 1976 asiste a la Escuela de Bellas Artes de Hamburgo, toma contacto con Ulrich Röckriem, de quien posteriormente será ayudante de estudio. Es curioso cómo sus obras delatan un pulso similar a las de éste, aún cuando Röckriem se desenvuelve en terrenos abstractos. El aspecto inacabado de sus obras serían los bloques de piedra sin pulir de Röckriem, ambos valoran la medida y colocación de las piezas, su enclave, las formas naturales.

La influencia de Röckriem

-Sin duda, Röckriem ejerció una gran influencia sobre mí, con toda seguridad yo habría realizado un trabajo completamente diferente de no haberlo conocido. Quizá, porque con él me vi forzado a preguntarme muchas cuestiones fundamentales: ¿qué significa el trabajar con la figuración?, ¿qué significa crear una figura de un hombre o una mujer?... Toda una serie de cuestiones que no habrían surgido si yo hubiera estudiado con un artista figurativo. Su forma de tratar el material y de concebir el espacio supuso una gran influencia en mi obra y pienso que alguno de sus credos estéticos se han convertido en parte de mi trabajo, aunque de manera diferente.
-Sus fotografías, junto con los dibujos que preceden a su trabajo tridimensional, serán recopiladas por el CGAC para editar un libro de artista. En ambas propuestas se advierte una velocidad de trazo y ejecución que nos traslada a una rápida percepción.

-Son la mejor muestra de cómo veo el mundo, de lo que me interesa, detalles que me conducen a una obra. Las fotografías realizadas en los museos, así como las realizadas a otras personas, cumplen esta función; son trabajos, al igual que los dibujos, que existen paralelamente a la escultura, a veces nacidos ya como bocetos, otras como simples anotaciones.

-Sus figuras respiran cotidianidad, son personajes discretos, sin emociones, que no permiten intuir características distintivas, se presentan como clonaciones de lo común, rompiendo con la tradición escultórica más clásica. Sin embargo, sus dibujos y fotografías delatan el estudio pormenorizado de las figuras clásicas como las cariátides, el Laoconte o el hacer de Praxíteles, figuras que responden a una especie de idealización.

-Trato de encontrar un tipo de representación que encaje con el prototipo del hombre de hoy. Por supuesto, la historia del arte, así como nuestra propia historia, forma parte de esta realidad. Puede que estas representaciones conjuguen las ideas de lo real y lo ideal. Sin duda tengo una manera personal y específica de apreciar el mundo e interpretar la realidad, una visión que se presenta individual y general al mismo tiempo, por eso mis esculturas hacen referencia a otras obras que ayudan así a su identificación.

-Parece que lo que busca cuando retoma motivos conocidos como puede ser su Seated Man (1990) de clara inspiración en Rodin y su Pensador, es ampliar sus virtuales significados al humanizar los personajes y borrar su expresión.

-A veces recreo obras conocidas que, sin embargo, no poseen el mismo significado que aquéllas. Busco todas las posibilidades de la escultura figurativa, pero siempre bajo un camino, línea o estilo coherente con mis pensamientos.

Retrato no identificado

-¿Gracias a ese aspecto impersonal y condición anónima de la figura?

-Es que no me gusta hacer retratos. Aprecio el carácter abierto de la escultura y me gusta tallar una obra que pueda ser el retrato de alguien, pero siempre que nos envuelva en esa incertidumbre o inseguridad propia de lo no identificado.

-Esa distancia expresiva se hace física cuando sitúa las piezas en exteriores, incluso en interiores gracias a un pedestal que, más que mantenerlas, las contiene, como si les rodeara un "halo protector".

-Soy partidario de la representación de figuras a escala mayor o menor que en la vida real, porque no me atrae el efecto trompe-l’oeil, no me gusta que la escultura nos haga creer que es una persona real. Quiero hacer ver que, en efecto, es una escultura lo que vemos, que es algo irreal. Por otra parte, los pedestales ayudan a mostrar la pieza a una cierta altura en el espacio, no tienen esa intención de aislamiento jerárquico.

-Mientras el arte contemporáneo recurre a todo tipo de materiales naturales o sintéticos usted prefiere las tallas en madera.

-Estoy acostumbrado a trabajar con ella desde la infancia. Es un material que puedo manipular con independencia, no es muy pesado y no necesito a otras personas para llegar a la obra, algo impensable a la hora de manejar otros materiales como la piedra o el hierro.

-Y admite muy bien la pintura.

-Sí, la pintura me permite olvidarme incluso del propio material y hace que las esculturas aparenten más reales, más vivas; es un lujo para la expresión.

-Poco a poco surge en su obra una especial vinculación con el mundo animal, tema que dota a sus creaciones de un carácter lúdico que se aleja de la severidad de sus figuras individuales.

-Desde los comienzos de mi carrera, los animales han sido parte fundamental de mis exposiciones. Lo cierto es que considero algo muy importante el tener esa variedad de seres, motivos o figuras que conformen un catálogo de imágenes más parejo y acorde con el mundo en el que vivimos, que no sólo está habitado por humanos, aunque siempre proyectemos esa condición humana y nuestras actitudes sobre los animales.

La relación con el espacio

-¿Es posible entender estas figuras lejos de un emplazamiento concreto o de su relación con la arquitectura y el espacio?

-Es posible, pero son más pobres, ya que el espacio es una parte importantísima de la escultura. La mayor parte de las piezas están hechas en relación con un determinado espacio y muy influenciadas por éste; para mí supone un proceso verdaderamente atrayente previo al montaje de la exposición.

-En 1984 defendía que "el arte siempre ha sido realista", ¿sigue fiel a esa idea?

-La noción de realidad cambia de siglo en siglo, pero siempre hay una búsqueda de esa realidad, de cómo el hombre la percibe en cada momento. Cada individuo o cada sociedad perciben el mundo de distinta manera y es siempre su forma de verlo la única realidad que existe para ellos, o quizá el deseo de lo que cada uno quiere entender por realidad. Puede que el deseo sea la única realidad...

Stephan Balkenhol (Fritzlar, Alemania, 1957) vive y trabaja en Alemania (Karlsruhe) y Francia (Meisenthal). A partir de 1976 asistió a la Escuela de Bellas Artes de Hamburgo, bajo la dirección de Ulrich Röckriem, de quien se convierte en ayudante de estudio en 1980. En 1983 fue becado por la Fundación Karl Schmidt-Rottluff y poco después comienza su carrera como docente en la Escuela de Bellas Artes de Hamburgo, que continua en la Escuela de Francfort. En 1992 accede a una cátedra en la Academia de Bellas Artes de Karlsruhe. Dos factores fundamentales destacan en la definición de la trayectoria de este escultor: la elección de la escuela de Hamburgo, respetada entonces por su perfil minimalista, y la convivencia privilegiada con Röckriem. Muy temprano se encamina por una vía específica escogiendo la figura como tema central, sea animal o humana, sola o en grupo. Además, en su trabajo, la fotografía y el dibujo se convierten en importantes auxiliares de trabajo que preceden a sus esculturas, casi siempre realizadas en madera.