Image: El sentido de la forma

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Novela

El sentido de la forma

10 enero, 2001 01:00

Kurt Masur (Brieg, Silesia, 1927) no es lo que se dice un director refinado, un sutil trabajador de la materia musical. Es más bien un fornido y sólido Kapellmeister, un artesano fajado en mil batallas musicales, un continuador de directores como Sanderling, Abendroth o Konwitschny, quizá de menor alcance expresivo. Con todo, las construcciones sinfónicas de Masur poseen siempre un vigor y una firmeza de trazo indiscutibles, bien que se le escapen matices y contraluces. Sus interpretaciones tienen densidad, volumen y cuerpo y una sonoridad que surge del fondo de la orquesta, en la mejor tradición germánica, que él supo desplegar durante muchos años al frente de la Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig, con la que sigue colaborando a pesar de que, desde hace cuatro, es titular de la Filarmónica de Nueva York, con la que va a realizar una gira por España, país que ha visitado generalmente con Ibermúsica, que es quien le trae de nuevo. En atriles una música en la que Masur se encuentra a gusto, aunque no siempre consiga dar lo más lírico de ella: las Sinfonías de Brahms, de las que en todo caso revela las líneas formales primordiales. En Madrid, los días 13 y 14 de enero, ofrecerá las cuatro obras. En las demás plazas, con un solo concierto en cada una, las irá turnando. Valencia recibirá a orquesta y director el 11, Zaragoza el 15, Barcelona el 16, Oviedo el 18 y Santiago el 19.