Novela

Cuaderno de Méjico

EDUARDO LAGO

11 abril, 2001 02:00

Prames. Zaragoza, 2000. 105 páginas, 1.400 pesetas

La colección "Las Tres Sorores", que Ramón Acín dirige dentro de la editorial Prames, nació con la vocación de publicar textos no comerciales, que inviten, "a leer, a reflexionar, a dialogar", según reza la declaración de intenciones de la misma. En la colección, que hasta ahora lleva publicados una veintena de títulos, destacan textos tan poco comunes como ¿No oyes el canto de la paloma?, de Avelino Hernández, o Bestiario, de Javier Tomeo. En ella se enmarca esta primera incursión en la narrativa de viajes del profesor de literatura -actualmente radicado en Nueva York- Eduardo Lago (Madrid, 1954).

Es este un libro que sí tiene fácil clasificación: se trata de un diario de viajes. El periplo narrado describe un círculo sobre el Yucatán mexicano, con salida y regreso desde Cancún y con incursiones en el México menos turístico, como Valladolid o Chiapas. El espacio temporal: quince días de 1995. Lo narrado: el propio viaje, lo visto, lo oído, lo experimentado. Como debe ser.

Desde luego, la intención de Lago queda clara: retener lo vivido. Hay pormenorizadas descripciones de los espacios visitados, desde los más obvios a los más insignificantes; hay retazos de conversaciones; hay encuentros con seres curiosos; incluso hay la crónica de algún que otro contratiempo. Hay, desde luego, lo que cualquier cuaderno de viajes debe ofrecer: pasión, además de por la tierra recorrida, por el mero hecho de recrearse en la ruta. Ya lo dijo Cavafis: "Cuando emprendas tu camino hacia ítaca/ pide que el camino sea largo". O no es llegar a ítaca lo importante.

Y Eduardo Lago cuenta lo que dio de sí ese camino manteniéndose él, como autor, siempre en un segundo plano. Lo cual es de agradecer en estos tiempos de desmedidos afanes de protagonismo. Sin embargo, se echa de menos algo más de implicación personal. La mirada del autor es, a menudo, demasiado periodística, poco enfática, y excepto cuando habla de los personajes encontrados, podría ser la de cualquier otro visitante. Si no se tiene en cuenta ese detalle, las vivencias mexicanas de Lago serán buen cuaderno de bitácora para futuros caminantes.