Novela

Misión para dos muertos

Juan Alberto Perote

2 enero, 2003 01:00

Foca. 92 páginas, 14 euros

Juan Alberto Perote, ex jefe del espionaje español inculpado de revelar secretos de Estado, publicó un par de libros relacionados con sus actividades profesionales, y este mismo bagaje lo utiliza también en Misión para dos muertos, novela de base real, según aclara en el prólogo, escrita para informar acerca del trabajo "de cualquier día en cualquier servicio secreto". Esta meta se la plantea equilibrando el interés por el lado humano de los personajes y por los hechos. No es mala teoría de la novela para abordar un mundo tan aureolado de inaccesible misterio como el del espionaje. Sin embargo, Perote le saca escaso partido a esa mezcla de psicología y acción por su empeño en darle al argumento una dimensión ejemplar. Su anhelo consiste en mostrar la abnegación de los espías y cómo bordan un trabajo que entraña gran riesgo.

Misión para dos muertos cuenta la infiltración de un par de agentes del CESID en la banda Baader-Meinhof. El relato sigue el transcurso de la operación desde el momento en que los agentes usurpan la personalidad de sendos difuntos hasta la vuelta a su primitivo estado civil tras consumar con éxito su cometido. Esta línea argumental permite presentar algo del factor humano: el comportamiento de los terroristas, de los agentes y de los jefes de éstos. Pero todo ello no pasa de unos brochazos tópicos. Mejor habría hecho su autor en prescindir de la literatura. Porque lo único atractivo de esta presunta novela son sus curiosas noticias acerca del funcionamiento del CESID. Pero incluso por este lado defrauda ya que, a base de encarecer la normalidad del trabajo de los servicios de inteligencia, no contiene ni revelaciones espectaculares ni ninguno de esos novelescos misterios que los profanos fabulamos en las cloacas del poder.