Tormentas
Liborio Barrera
27 marzo, 2003 01:00También esta novela breve, Tormentas, puede considerarse una rara avis en su categoría. Historia intimista, de reflexión, de reposada observación de la naturaleza -que, al modo romántico, aparece aquí emparejada con los estados de ánimo de quien la mira y sabe comprenderla- la trama discurre en el refugio de montaña donde el autor de, suponemos, una suerte de dietario, repasa las últimas etapas de su biografía: el momento en que perdió a una mujer, su reclusión voluntaria en un lugar alejado y agreste cruzado por tormentas casi constantes y el nuevo inicio de una relación amorosa, con una mujer separada madre de un hijo. Una mujer, como él, herida por las circunstancias. En realidad todo es una enorme parábola: el refugio lo es, sobre todo, de uno mismo. La escritura es otro refugio. La intimidad también. Luego, las tormentas suceden, más que en ninguna otra parte en el interior, en la memoria, en el dolor. Y el paisaje no es más que un estado de ánimo, como ya otros dejaron escrito.